El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, advirtió que Venezuela se ha convertido en una plataforma regional de influencia iraní, describiendo al gobierno de Nicolás Maduro como un centro de tránsito de narcóticos que aloja a la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC) y a su aliado libanés, Hezbollah.
En una entrevista transmitida por Fox News el martes, Rubio afirmó: *“Irán, la IRGC e incluso Hezbollah tienen presencia en América del Sur, y uno de sus puntos de anclaje –especialmente para los iraníes– se encuentra dentro de Venezuela”*.
El funcionario estadounidense añadió: *“Donde han plantado su bandera en nuestro hemisferio es en territorio venezolano, con la cooperación plena y abierta de ese régimen”*.
Washington ha intensificado una misión antidrogas en el Caribe y aguas cercanas, con despliegue de activos navales, como parte de sus esfuerzos para contrarrestar la influencia de grupos narcoterroristas en la región.
Rubio también recordó que la administración estadounidense aplicó fuerza limitada para destruir instalaciones nucleares iraníes a principios de este año. Según él, la operación fue precisa y estratégica: *“No fue una guerra prolongada. Fue una operación de 24 horas; bombarderos B-2 salieron del territorio estadounidense, atacaron un objetivo definido y lanzaron 14 misiles directamente a las instalaciones”*.
**Irán y el islamismo radical**El secretario vinculó a Irán con una campaña más amplia de actores islamistas radicales contra Occidente: *“El islam radical tiene abiertamente diseños sobre Occidente –sobre Estados Unidos y Europa– y está dispuesto a llevar a cabo actos de terrorismo, asesinatos y otras acciones de Estado”*.
Rubio señaló que, aunque la administración sigue abierta a la diplomacia, se mantiene escéptica respecto a los compromisos de Maduro: *“Si se puede encontrar una manera de traer estabilidad al hemisferio y hacer que Venezuela deje de ser una base de influencia iraní contra Estados Unidos, sería excelente”*.
**El factor Hezbollah y la presión sobre Venezuela**El gobierno estadounidense considera que la relación entre Caracas y Teherán funciona como una ruta logística dual, mediante la cual ambos países intercambian tecnología, combustible y apoyo político, incluso eludiendo sanciones internacionales.
Hezbollah, aliado de Irán, ha usado rutas en América del Sur para financiar sus operaciones y enfrenta ahora presiones crecientes debido a los despliegues militares y la vigilancia estadounidense en la región.
Analistas destacan que la combinación de mayor supervisión marítima, responsabilidad legal y control financiero limita cada vez más la operación de estas redes en América Latina, un hemisferio que históricamente había ofrecido cierta permisividad para actividades iraníes.
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