Diversas ciudades europeas han incrementado las medidas de seguridad en mercados y espacios públicos navideños ante la creciente preocupación por incidentes, actos vandálicos y amenazas registradas en los últimos años.
Controles con detectores de metales, barreras de hormigón y presencia policial reforzada se han convertido en una imagen habitual en estos enclaves tradicionales.En la ciudad francesa de Nantes, por ejemplo, el acceso al mercado navideño de la Plaza Royale se realiza mediante controles similares a los de un aeropuerto, con detectores de metales para los visitantes y un perímetro protegido por bloques de hormigón destinados a impedir el paso de vehículos.
Medidas similares se observan en otras capitales europeas, como Estocolmo, donde edificios emblemáticos y zonas concurridas cuentan con bolardos de seguridad permanentes.El refuerzo de la protección responde a una preocupación sostenida desde los atentados y ataques perpetrados en espacios públicos durante la última década.
Entre ellos, el atentado de Niza en julio de 2016, que dejó 86 muertos tras el atropello masivo durante las celebraciones de la Fiesta Nacional francesa, y el ataque contra un mercado navideño en Berlín en diciembre de ese mismo año, en el que murieron 12 personas.
En las últimas semanas también se han registrado incidentes relacionados con celebraciones navideñas en distintos países. En Málaga, la policía detuvo a un hombre tras irrumpir en una iglesia y causar destrozos en un belén. En otros puntos de Alemania, Francia y Bélgica se han reportado actos vandálicos o altercados en mercados navideños, lo que en algunos casos ha llevado a cancelar eventos por razones de seguridad o por el elevado coste de los dispositivos de protección.
A esta situación se suma la difusión en redes sociales de vídeos e imágenes que muestran ataques a símbolos navideños, protestas contra decoraciones tradicionales o quejas por la oferta cultural y gastronómica de estos mercados.
Aunque no todos los contenidos han sido confirmados por fuentes oficiales, contribuyen a una percepción creciente de tensión en torno a estas celebraciones.Las autoridades europeas insisten en que el objetivo de las medidas adoptadas es garantizar la seguridad de los ciudadanos y permitir el desarrollo normal de las festividades.
Mientras tanto, el debate sobre la seguridad, la convivencia y la protección de las tradiciones culturales continúa presente en la agenda pública de numerosos países del continente.
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