Desde el año 2002 hemos sido testigos de todo tipo de manifestaciones en Venezuela en contra del régimen Castro-Chavista, comenzando por la dictadura de Hugo Chávez y terminando ahora en la narco-dictadura que comanda Nicolás Maduro. ¿Pero qué ha pasado con los manifestantes en todos estos años? ¿Cómo han evolucionado?
Esos jóvenes, estudiantes, adultos y hasta ciudadanos de la tercera edad, han batallado sin cansancio desde que Hugo Chávez empezó a instaurar la dictadura en Venezuela.
Luego el venezolano pasó a una situación peor que todos conocemos: el régimen de Nicolás Maduro, una dictadura más criminal, más sangrienta y más cruel, dejando claro que la anterior no puede olvidarse jamás. Si olvidamos esto, terminarán conformando un Gobierno de transición con figuras del chavismo originario que han sido protagonistas en el desarrollo de la crisis y el hambre en Venezuela.
Después de haber abrazado un liderazgo de la oposición por años, después de los acontecimientos en las calles de 2014 y 2017, gran parte de los venezolanos empezó a darse cuenta qué ésa no era la ruta. Ese liderazgo que abrazamos nos llevó en caída libre a más desgracias, más muertos, más presos políticos, más represión, más hambre y más crisis. Sin embargo, no son los bandos políticos los que se ven más afectados, más bien esto fue un posicionamiento de la oposición en el poder, donde también quieren permanecer el tiempo necesario, con un Gobierno interino nefasto. Gobierno interino que no se ha dedicado a las funciones que debía desde un principio, pero sí a “recuperar activos”, «Activos que siguen siendo malversados».
Su función era el «cese de la usurpación» tarea que dejaron de lado, y ahora nos disfrazan una «consulta popular» donde han cambiado las preguntas un sinfín de ocasiones, ¿Acaso te consultaron si estábamos de acuerdo con Oslo-Barbados? ¿Acaso te consultaron si estabas de acuerdo con el pacto de impunidad del 30 de Abril de 2019? La respuesta: No.
Si bien es cierto que la calle es necesaria para salir del régimen, de eso no hay dudas, pero todos aquellos que estuvieron en la calle sin parar, arriesgando sus vidas, simplemente fueron utilizados. ¿Utilizados para qué? Para negociar con el régimen. Por esto ¿Quién se atreverá de nuevo a «dejar el pellejo» en la calle por una figura política de oposición? Nadie.
Al ver que las calles se desataron sin control, la oposición intercedió a favor del régimen para que esta tensa situación fuese neutralizada. Colaboraron en entregar manifestantes, (lo hicieron casi por lotes), y así fue como muchísimos jóvenes terminaron presos y muertos, sin apoyo alguno para ellos o sus familias. Sin embargo, para desgracia del bando opositor que dio a conocer su otro rostro, perdieron el apoyo fundamental de toda esa generación de la calle sin retorno, apoyo que más nunca podrán obtener.
Después de esa traición que sufrieron los venezolanos, ante entregas de manifestantes, falsos diálogos y un sin fin de acuerdos bajo la mesa, la mentalidad de esa generación de calle cambió para siempre, cambió para bien y cambió para abrirse en distintos medios u estilos. Si, todavía falta que mucha gente abra los ojos, pero la gran mayoría que sigue apostando por el mesianismo político, no es una generación de relevo, es una generación de salida, y solo es cuestión de tiempo.
Hoy en día esos muchachos que empezaron con simples denuncias por redes sociales, informando lo que sucedía en las protestas ante la censura de las televisoras nacionales, actualmente se convirtieron en páginas informativas, dirigentes estudiantiles que entendieron que ese no era el camino político correcto, esos que vieron a sus amigos ir detenidos por cuerpos de seguridad del régimen, o incluso se vieron a ellos mismos detrás de rejas, torturados, humillados y olvidados, hoy todos han dado un paso adelante, quizás la gran mayoría en el exilio, pero con credibilidad hacia el venezolano que abrió los ojos, si bien, aún existen resquicios de la política convencional venezolana que busca desacreditarlos, discriminarlos o marginarlos, como incluso algunos periodistas de antigüedad que no dan espacios a caras nuevas que son vitales para un cambio real.
Por más trabas que han puesto, la Resistencia sigue adelante con un mismo objetivo, aunque con pensamientos distintos, pero el resultado de búsqueda es el mismo: La libertad de nuestro país.
Agradeciendo siempre el apoyo del ciudadano de a pie y de periodistas que sí abrieron espacios y quienes no han descansado en esta lucha.
El camino está marcado, las ideas están marcadas, el cambio solo se dará con caras nuevas. Cada vez somos más y eso no lo podrán detener, pronto se verá un horizonte lleno de esperanza, una unión que hace mucho tiempo no se ve en el país.
Dios con nosotros.
Por: Raymond K. Azar
Abogado, Columnista, Jefe Escritor de The Freedom Post, Podcaster.
Host: EN LA MIRA – Podcast