Lo que ha sucedido es que Apure se convirtió en territorio bañado en sangre de militares venezolanos, y las FARC van ganando.
En los últimos días, los medios de comunicación y las redes sociales han servido como plataformas de distribución de cualquier tipo de contenido, excepto lo sucedido en el Estado Apure desde hace poco más de una semana.
La situación es real: existe una guerra desproporcionada por el territorio venezolano pero especificamente por el control de la zona y las rutas del narcotrafico, que se disputan las FARC disidente (enemiga de Maduro y liderada por Gentil Duarte) versus la nueva marquetalia de los capos Ivan Marquez y Santrich (FARC aliada de Maduro).
Estos grupos paramilitares, narcotraficantes y terroristas a los que se les une en la “fiesta” el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) y otros grupos menores, se han movido a Venezuela -despues de perturbar durante décadas a Colombia- aprovechando las «facilidades» dadas por Hugo Chávez y después por Nicolás Maduro en compañía del Cartel de los Soles.
El combate de los dias pasados, demuestran que los grupos de las FARC situados en la zona han aprovechado de manera inteligente y criminal las falencias y decadencias de los organismos de seguridad del Estado venezolano, donde cualquiera sin experiencia llega a Teniente, Capitán, Coronel o General y mandan como carne de cañón a soldados, sin logística ni protocolos pertinentes para garantizar su vida.
Si, han regalado nuestra soberanía, de eso no hay duda y hoy este “regalo” les esta´pasando factura pero sobre todo nos está pasando factura a todos los venezolanos.
Aquí no hay diálogo. Las FARC aliadas de Maduro sólo seguirán avanzando en territorio venezolano, mientras que el grupo de Gentil Duarte (que por cierto, tiene mas de 3000 hombres) y nunca hizo parte del proceso de paz se mantendrá en guerra con los primeros. Mientras tanto, nuestros soldados seguirán siendo usados como carne de cañon y muriendo (como los treinta y seis -36- militares que fueron lanzados a un callejón sin salida, donde los esperaba una muerte segura) en, basicamente, el cuido de negocios de narcotráfico.
Después de un sinfín de denuncias que han hecho llegar al The Freedom Post oficialmente se recabaron pruebas suficientes para poder llevar al lector una investigación más completa de lo sucedido.
Si bien faltan muchos detalles que se irán descubriendo a medida que mas supervivientes de la masacre de dias atrás en Apure, pueda hablar, lo que sí hay, en definitiva, es un un hecho trágico que el país y el mundo deben saber.
Apure, un territorio casi tan perdido como el Esequibo, muestra con imágenes, notas de voz y reportes, hechos que no sólo son atemorizantes o trágicos, sino, lo peor, es que no tenemos tiempo determinado de posibilidad de desenlace.
El silencio
Mientras existe un estremecedor silencio de Nicolás Maduro y por otro lado, está Vladimir Padrino López con Remigio Ceballos, bebiendo una caja de vino, como señaló aquel video viral en las redes, soldados venezolanos mueren de una manera tan trágica, que la Masacre del Junquito ha quedado pequeña para la memoria de los venezolanos.
El régimen en su negligencia y colaboracionismo con terroristas ha cobrado nuevas muertes, esta vez de hombres pertenecientes a los Comandos del Mar, conocidos por ser los funcionarios mejor preparados militarmente de la Armada venezolana.
El silencio hasta de los familiares aturde, pero sabiendo cómo son las cosas en Venezuela donde cualquiera es susceptible a amenazas, dicho silencio no es de sorprender.
Crónica de una muerte anunciada
Fueron treinta y seis los hombres de este grupo élite de la Armada venezolana los lanzados a la muerte. Fuentes allegadas al medio revelaron informaciones sobre una operación militar «desastrosa» sin planificación, respeto al orden de operaciones, ni estrategia que terminó con una emboscada casi que esperada.
Los Altos Mandos tenían conocimiento que la zona de la operación era ya territorio guerrillero y también, según las fuentes de este medio, los testimonios señalaron que los oficiales solicitaron el bombardeo previo de la zona pero la respuesta fue un rotundo “no”.
Un “no” que marcaba el ticket hacia una muerte segura.
¿¡Por qué mandaron tropas para que los emboscaran en una zona donde ya sabían que se encontraban las guerrillas!?
Los pocos sobrevivientes de este hecho terminaron siendo víctimas de una vulgar carnicería sin piedad ni misericordia, ante una desventaja enorme. Los militares que fueron abandonados en esta zona guerrillera (entre dos campamentos y un area que fungía como escuela de guerra para guerrilleros), estaba invadida por más de 300 guerrilleros, que los persiguieron como presas. Adicionalmente fuentes de The Freedom Post, señalaron no sólo lo sanguinario de la situación, sino además la diversión que “encontraron” los del grupo terrorista en esta vulgar cacería donde los militares venezolanos fueron atacados con morteros, rifles de asalto y francotiradores.
Por más tácticas defensivas que implementaron los comandos para salvaguardar sus vidas, éstas no fueron suficiente: los números no daban, no llegó nadie a prestar apoyo (mucho menos el fundamental apoyo aéreo) y la única alternativa que tuvieron fue la de una presa: correr por sus vidas y esconderse. Ante esta situación era obvio que debían ir soltando su armamento y equipos, pues su vida estaba en riesgo, y cada uno tomó por su lado. De conseguir algún compañero abatido en el camino tomaban sus armas y equipos para defenderse por breves momentos, los volvían a soltar y seguían su camino.
Muchos soldados cayeron en el lugar. Dicen que sus últimas palabras fueron los nombres de los hijos y esposas.
También se conoció que muchos soldados tenían impactos de bala certeros en pómulos y nariz. Unos se jugaron la vida entregándose a la guerrilla a ver si corrían con mejor suerte visto que no podían escapar como hicieron otros.
De las cosas más impactantes que cuentan los sobrevivientes, es que la guerrilla los tenía localizados por los radios, lo que les obligó a desprenderse de todo equipo de comunicación, mientras el panorama se ponía cada vez peor. Un grupo de cinco hombres atrincherados y comandado por el Sargento Santiago Reyes, sólo pudieron aguantar el ataque por escaso tiempo. Eran demasiados.
Lo peor no termina acá. El grupo de las FARC de manera sanguinaria envió cuerpos de los abatidos en combate y sobrevivientes a puntos estratégicos, pero particularmente dantesco fue el caso del Sargento Andy Miranda, a quien le decapitaron y despegaron su rostro del cráneo, para dejarlo encima del busto del libertador en la Plaza Bolívar de La Victoria, Estado Apure.
El objetivo era un mensaje claro: decir quien manda en el territorio de Apure (aunque se sabe que la guerra continuará, tomando en cuenta los intereses en la zona). Parte de los sobrevivientes, no pueden contar lo que sucedió, pues les sacaron sus ojos y sus lenguas fueron cortadas.
Esta operación, que se dio sin apoyo aéreo, no tiene ningun sentido. Ningún operador militar diligente hubiese dejado morir a sus hombres de esta manera.
Entre las hipótesis dentro de las FANB -donde vale la pena indicar, pulula una desmoralización total-, se maneja que la operación fue delatada desde sus inicios, sin embargo, haya sucedido o no así, no se cumplió un protocolo para garantizar la vida de los soldados a quienes se les ordenó incursionar en el área.
Esto no ha acabado, pero la pregunta que desde este medio nos hacemos (y seguro será extensiva para muchos venezolanos) es: ¿hasta cuando seguirán los militares obedeciendo estas órdenes de este “tipo” de Comandantes que “lideran” las FANB?
¿De verdad podían esperar algo distinto del liderazgo criminal de las FANB que abandonó al pueblo venezolano por dinero, influencias y drogas? ¿Realmente se imaginaban que no iban a abandonarlos a ustedes, sus “supuestos” compañeros de armas”?
Estos últimos dias han demostrado que el régimen ha dado una estocada «innecesaria» a quienes los mantienen en el poder.
Se anexan 5 audios de testimonios de militares sobre la emboscada en Apure.
Por:
Laura De Rosa
Raymond Azar