Quizás usted recuerde el nombre de Carlos Paparoni y el papel que ha jugado en la Asamblea Nacional venezolana, o quizás no.
Para quienes no lo tienen presente: permítannos hacerle un recorderis:
Carlos Alberto Paparoni Ramírez es un político venezolano, que actualmente se desempeña como diputado de la Asamblea Nacional por el circuito 4 del estado Mérida.
Pero dicha posición actual no es lo importante para la noticia que presentamos hoy.
El antecedente que sí es importante, es el relativo a su paso por la Vicepresidencia de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional de Venezuela, cargo en el que estuvo desde el 5 de enero de 2017 hasta el 30 de enero de 2018, y en cuya comisión, también se encontraba formando parte Juan Guaidó.
El perfil de Wikipedia de Carlos Paparoni dice que “durante el tiempo en el que asumió su cargo como parlamentario en la Asamblea Nacional, Paparoni se dedicó a realizar investigaciones vinculadas a hechos de corrupción, especialmente del “gobierno venezolano” (sic) -se transcribe como está en Wikipedia- y en especial los relativos a los casos de los Comités de Abastecimiento y Producción (CLAP), la protección de activos, la crisis del sector agroalimentario y del hambre en Venezuela.
Sin embargo, parece que el diputado Paparoni obvió convenientemente algunos otros casos de corrupción RojiAzul.
Y Lamentablemente esto no es de extrañar.
Desde hace un buen tiempo, son notorias las múltiples denuncias de irregularidades de la extinta Asamblea Nacional de 2015 que demostró ser, no muy diferente ni alejada, a las irregularidades de los rojos.
Uno de sus más grandes escraches fue a raíz de los famosos “salvoconductos” dados a muchos personajes de dudosa reputación, entre los cuales y uno de los mas importantes, es el penosamente conocido (y hoy detenido en Cabo Verde), Alex Saab, quien por cierto tiene un proceso de extradición abierto que mantiene en suspenso al chavismo y a la oposición.
De estos salvoconductos, especie de “carta de buena conducta” y referencia comercial internacional, hubo mas.
Y aquí aparecen entonces los nombres de Camilo Ibrahim Issa, Mohamed Ibrahim Ibrahim y Hassan Ibrahim Ibrahim, quienes por cierto, se destacan como grandes beneficiados de la Asamblea Nacional de 2015, al “ser conocidos de trato, vista y comunicación” del Vicepresidente de la Comisión Permanente de Contraloría, (diputado Carlos Paparoni) -léase cartas anexas- y algunos otros miembros mas de la Asamblea Nacional.
El derroche de adjetivos positivos en dichas cartas -lo cual obviamente tiene una intención- no queda allí; las frases siguientes :
“gozan de una reputación intachable como empresarios honestos y responsables”, “son hombres de negocios exitosos y respetados” (…)
“con una trayectoria amplia a nivel nacional en internacional” y
“no se encuentran bajo ningún tipo de investigación, acusación o denuncia”
hacen gala de ello.
A continuación, las cartas:
¿Pero quién es, por ejemplo, Camilo Ibrahim Issa?
Camilo Ibrahim, socio de Delcy Rodríguez
Ibrahim es un empresario conocido en Venezuela por sus temas inmobiliarios y comerciales.
Según fuentes que citan a empresarios venezolanos y a funcionarios del área de contrataciones públicas del Gobierno de Maduro, tiene también una especial relación de cercanía con la vicepresidenta del país, Delcy Rodríguez, conocida en España por el polémico ‘Delcygate’ -destapado por el medio digital Vozpópuli-.
Las mismas fuentes han apuntado también a una relación de afinidad entre Ibrahim y la mujer de Maduro, Cilia Flores.
Según su biografía oficial, el “magnate” procede de una familia dedicada al comercio en la Isla de Margarita y estudió Economía y Administración en la University of Western Ontario, en Canadá.
Poco después, Ibrahim creó los cimientos de su imperio textil en Venezuela: la sociedad denominada Phoenix (mencionada en la carta de Paparoni) se convirtió en un canal para que grandes multinacionales de la moda pudieran introducirse en el país. A través de ella contactó con compañías en proceso de expansión por Latinoamérica, comoInditex.
Al cierre de 2020, la multinacional contaba con 19 tiendas en Venezuela: siete de Zara, ocho de Bershka y cuatro de Pull&Bear. Todas gestionadas directamente por su franquiciado a cambio de unos royalties.
A través de este y otros negocios, Ibrahim se fue abriendo puertas en los despachos institucionales de Caracas hasta el punto de haber mantenido encuentros de alto nivel, incluso, con el expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, según informó el Diario El Mundo.
Meses atrás algunos medios y prensa venezolana reprodujeron un “comunicado de Camilo Ibrahim Issa” sobre la aerolínea Plus Ultra, en el cual el empresario rompió el silencio para asegurar que “no tenia ninguna acción ni vinculación con la aerolínea Plus Ultra”, si bien ha reconocido ser “amigo” de varios de los accionistas de la aerolínea, con los que comparte sociedades en España.
En el mismo comunicado aseguró no haber conocido nunca a miembros del Gobierno venezolano, pero reconoció a la vez, de forma inédita, haber mantenido un “cara a cara” con la propia Delcy Rodríguez en 2018 (año, casualmente, en que Plus Ultra entró oficialmente en Venezuela) sobre cuestiones del empresariado Venezuela.
El pasado 9 de marzo de 2021, el Gobierno español acordó conceder préstamos a Plus Ultra por valor de 53 millones de euros a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas. Una ayuda que ha desatado la polémica en el ámbito político y empresarial en España sobre todo.
El renacimiento (poco probable) de Plus Ultra:
Plus Ultra es conocida como una misteriosa aerolínea que viajaba con “luz verde del desgobierno venezolano” para operar en exclusiva la ruta entre España y Venezuela.
Dos cosas destacaban sin embargo: a) un detalle notorio, que era que contaban con un único avión en flota: un Airbus A340-300, y b) que esto sucedía, mientras, Iberia y Air Europa siguen a la espera que Venezuela reabra su espacio aéreo
La pandemia hizo estragos también en la aerolínea, pero un banco panameño la rescató de la disolución con un préstamo participativo, Panacorp Casa de Valores, estos últimos vinculados convenientemente al empresario Camilo Ibrahim Issa, que a su vez gira en la órbita de Delcy Rodríguez y de los dueños de la aerolínea.
Según publicó semanas atrás el medio digital Vozpópuli, varios de los nombres que figuran en el Consejo de Administración de la entidad financiera comparten, a su vez, sociedades en Panamá con el magnate cercano al chavismo.
Plus Ultra recibió a finales de 2017 un crédito de, al menos, 6.3 millones de euros de Panacorp Casa de Valores. Cerrado ese ejercicio, la empresa registraba nueve millones en pérdidas y, de no haber sido por ese balón de oxígeno, la aerolínea se tendría que haber declarado en causa de disolución.
El director y tesorero del banco es Mohamed Ibrahim Ibrahim, sobrino de Camilo Ibrahim Issa, según reseñó el medio digital venezolano Armando.info.
Mohamed también está presente como director y secretario en Meridianiq S.A., otra sociedad panameña de la que es presidente Luis Ibrahim Issa, que a su vez lidera Phoenix World Trade, (mencionada en la Carta de Carlos Paparoni), empresa a través de la cual Camilo controla marcas internacionales de moda -como la ya mencionada Inditex- en Venezuela.
Además, entre los ejecutivos que lideran el banco panameño se encuentra Alcides José Carrión Romero, persona que administra varias sociedades en Panamá donde figuran el propio Camilo Ibrahim o Rodolfo Reyes Rojas, uno de los dueños venezolanos del 57% de Plus Ultra. Estos coinciden en las empresas Financiera Avanza o ABC Consultores, según ha podido confirmar este medio digital
Una ‘desconocida’ española de Plus Ultra
Por su parte, en el consejo de Panacorp también figura María Aurora López López, la misma persona que acudió a la ampliación de capital que llevó a cabo Plus Ultra en 2018.
Esta mujer, de nacionalidad española según la documentación a la que tuvo acceso y compartió el medio digital Vozpópuli, invirtió en la aerolínea 2.9 millones de euros y se hizo con 474.332 acciones (cerca del 44% del total de los nuevos títulos que se pusieron en circulación)
María Aurora López López comparte, a su vez, otra sociedad con Reyes Rojas, denominada T.O.C. 6110, S.A.
En su oportunidad, Vozpopuli desveló que Reyes Rojas y Camilo Ibrahim están vinculados en al menos dos sociedades registradas en España que tienen su domicilio social en el mismo edificio en el que Plus Ultra tuvo su sede durante varios años. De esta forma, la relación de Camilo Ibrahim con el banco panameño y con la aerolínea es evidente, aunque su nombre no aparece directamente en las empresas principales.
Además, otro de los nexos entre Reyes Rojas y Camilo Ibrahim es que ambos fueron citados en 2018 por la Asamblea Nacional venezolana respondiendo al caso de “presunta corrupción” dentro de programas de ayuda social, de la mano del colombiano-libanés Alex Saab, a quien el Gobierno estadounidense ha señalado como principal “testaferro” de Maduro.
Es conocido por muchos, que Saab está siendo actualmente defendido de una petición de extradición de EE.UU. a Cabo Verde, por parte del despacho Ilocad, perteneciente al exjuez Baltazar Garzón, quien, adicionalmente es pareja de la actual Fiscal General del Estado en España, Dolores Delgado.
Una vez visto todo esto, volvamos a Carlos Paparoni, y las cartas que hoy salen a la luz, en beneficio de Camilo Ibrahim Issa, Mohamed Ibrahim Ibrahim y Hassan Ibrahim Ibrahim, durante el paso del diputado Paparoni por la Vicepresidencia de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional entre los años 2017 y 2018, y en cuya comisión, repetimos, también se encontraba formando parte Juan Guaidó.
Y entonces surgen estas preguntas:
¿De qué manera investigaba la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional a estas personas? ¿Cuál era la metodología de investigación?
Al Paparoni señalar conocer a los antes mencionados de “vista, trato y comunicación”, la pregunta que nos hacemos todos los venezolanos es ¿De donde los conoce? ¿Cuál es su vinculo y relación? Y ¿Cómo da fe de lo que asevera?
Aquí lo que se evidencia es una clara y dolosa complicidad, que debe investigarse porque pareciera existir: «Peculado de uso», «Tráfico de influencias», «Deshonra a la nación» y claro, «Abuso de autoridad».
Más de lo mismo, por eso no hay sorpresas para muchos.
Carlos Paparoni ha dejado asentado que su gestión en esta comisión ha sido igual o peor que todas las comisiones designadas por la Asamblea Nacional de 2015 -y el Interinato en su defecto-.
La poca transparencia, el silencio ante escándalos y la “discrecionalidad en la investigación” de casos de corrupción, sigue siendo la fórmula aplicada para no dar respuestas a una nación sedienta de justicia, lo mismo que hace el chavismo, un escándalo más para la lista y ya, sin repercusión, sin medidas, sin nada.
¿Cuál es la diferencia con el chavismo? Casi ninguna. En ambos lados brilla la impunidad, la negligencia, la corrupción, y la cohabitación viene desde hace mucho tiempo, solo que ya es pública y notoria y sin efectos legales.
El descontento nacional hacia esta Asamblea, la cual fue nuestra última bala para la libertad en Venezuela, no tenía pólvora, era de salva.
La decadente y colaboracionista labor de los diputados del 2015 cada vez queda más expuesta, y por ende, tanto el apoyo popular como de la comunidad internacional cada vez se ha reducido más.
Y es así como, una vez, mas, con pruebas demostramos que en Venezuela Ni Con Rojos Ni azules se puede salir de la terrible situación en la que estamos como país, y que ellos están, no solo en enchufes sino en franca cohabitación.
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