Historia Política
Desde su desempeño como senador con casi medio siglo en el poder, Joe Biden siempre se mostró tibio, dispuesto a venderse al mejor postor, y ser condescendiente a la primera propuesta, para ir escalando en el poder, como así el mismo lo ha manifestado y demostrado en toda su carrera política. De esta manera logro llegar a ser Vicepresidente de Barack Obama por 8 años hasta llegar a postularse como primer mandatario de USA, no importando sus evidentes achaques de salud física y mental, aspectos fundamentales para alguien que busca dirigir una nación.
Sus años en el poder, como senador y vicepresidente lo prepararon para este momento en donde fácilmente, conociendo los hilos del poder pudiese darse el lujo de dar la impresión de gobernar, mientras otros ejecutan sus acciones.
Campaña Presidencial
Con fuertes sospechas de fraude electoral, acompañadas por demandas a nivel estatal y federal, sin llegar a ser resueltas, logró ostentar el número de más 81 Millones de votos, proclamándose como “El presidente más votado en toda la historia de Estados Unidos”.
Lo curioso es que en su momento el candidato a la presidencia, apenas si se movía de su natal Wilmington, Delaware a dar alguna conferencia o discurso público, su relación con las personas de a pie fue prácticamente nula a diferencia de su contrincante Donald Trump, quien hacia rallies masivos a nivel nacional y aprovechaba cada minuto para estar cerca de sus seguidores. Prácticamente que su campaña la hicieron los medios de comunicación y las redes sociales, poderes que le apoyan incondicionalmente con muy pocas excepciones.
El viejo truco de “Divide y vencerás” le sirvió mucho, valiéndose de la puesta en práctica de políticas identitarias, al grado de polarizar la población apartando clases sociales y razas, que, como punta del iceberg, con la muerte desafortunada del ex convicto George Floyd, por un policía blanco, desencadenó en la toma de las calles y disturbios por grupos subversivos neo marxistas, como BLM y Antifa, quienes abiertamente hicieron campaña en su nombre, sumándole a ello el apoyo de la bancada demócrata que constantemente repetían los eslogan de estos grupos en televisión y alocuciones públicas, animando y defendiendo sus “marchas pacíficas”.
Tal fue el caso de la ex primera dama Michelle Obama, la presidenta de la cámara de representantes Nancy Pelosy, la alcalde de Chicago, Lori Lightfoot, la congresista Alexandra Ocasio-Cortes, y varios alcaldes, gobernadores y congresistas de este partido.
Primeros días de Gobierno
Su inauguración ha sido la más atípica de la historia en el país del norte. Acostumbrados a ver multitudes llenando las calles de la capital para saludar al electo presidente, las restricciones sanitarias a causa de la pandemia fueron el escenario perfecto para justificar la poca acogida que todavía los dislikes en las cuentas oficiales de la casa blanca, en tanto Instagram y YouTube demuestran.
Como buen político promete muchas cosas, lo peor es que las está cumpliendo y hasta podrían funcionar. Su gobierno se muestra claramente volcado a la izquierda contemporánea, se ha presentado asistencialista, paternalista y con políticas socialdemócratas bien definidas. Ha batido el record de derogación de leyes y creación de órdenes ejecutivas con más de 50 firmadas a la fecha, además de llevarse el galardón al presidente que más obreros ha dejado sin trabajo en tan solo cuestión de días al abandonar el proyecto Keystone XL Pipeline. La crisis en la frontera se agudizó durante sus primeros dias en el cargo y los controles migratorios en la zona se relajaron, desatando un desorden en las fronteras de Texas, Arizona y California. Estado al que aún no se pronuncia al respecto.
Son varias las entidades humanitarias como Judicial Watch o Project Veritas quienes han presentado los abusos a derechos humanos que se cometen en las celdas en donde se tienen a familias enteras recluidas provenientes de Centro América principalmente.
En lo personal Biden tardó casi dos meses en dar una declaración oficial ante la prensa, poco se le ve acompañado de su esposa y su familia. A nivel internacional no es un secreto que es su vicepresidente Kamala Harris quien se comunica principalmente con varios mandatarios, tarea que le corresponde directamente a él. En el plano internacional las antiguas tensiones con el Kremlin empeoran, con sus recientes declaraciones, que retan al presidente de la nación rusa, situación que se vio atenuada en la pasada administración.
Su Política
Sus propuestas son absolutamente progresistas; desde lo cultural ha vuelto la política de permitir entrar a personas que se identifiquen con cualquier género a baños que bien podrían no corresponder a su sexo biológico, que había comenzado Obama, obviamente una medida que en la práctica permitiría entrar al baño de mujeres a cualquier hombre y viceversa, además de incluir a personas trans en su gabinete, más que por su experticia, con el fin de hacer lobby identitario.
Ya han comenzado varios estados a pronunciarse al respecto, pues estas normas lo que hacen es presentar inconvenientes de carácter práctico, al punto de tener que proclamar leyes estatales como en el estado de Misisipi en donde se limita a hombres biológicos a competir en deportes con mujeres biológicas, por la lógica razón de presentarse desproporciones físicas, que harían injusta dicha competencia.
En lo económico ha realizado las propuestas más caras de momento. Su plan es reducir las emisiones de carbono lo más pronto posible con metas definidas a mediano y largo plazo. En 2030 y 2050, y reemplazar el uso de combustibles fósiles por energías más limpias además de invertir en infraestructura, e ir transformando las ciudades en lo que a la fecha se conoce como ciudades inteligentes. Algo que es bastante ambicioso y hasta beneficioso, pero que en la práctica implica endeudar a varias generaciones, subir los impuestos y seguir vendiendo el país a la FED. En cuanto al manejo de la pandemia, no se puede decir que su gobierno ha sido el gestor del bienestar que medianamente se tiene en el territorio. Si bien muchas farmacéuticas operan directamente en el país, se ha realizado un trabajo en conjunto a nivel federal y estatal, en conjunto con instituciones privadas que han garantizado la administración óptima de vacunas de todas las marcas, como farmacias, iglesias, centros de caridad y otras instituciones.
No es un tiempo fácil el que le tocó a Biden, tal vez por eso sus esfuerzos desmedidos en realizar cambios estructurales, en tan poco tiempo, y la situación de la pandemia sólo agrava las cosas y profundiza las heridas de un país dividido a causa de su constante discurso polarizante entre las razas blanca y negra principalmente.
En sus mismas palabras la noche del 28 de abril en una alocución atípica al congreso de la república, se atrevió a decir que la amenaza terrorista más peligrosa en US era la supremacía blanca. Obviando las claras muestras de vandalismo y destrucción que han provocado Grupos violentos como BLM y Antifa. Nada más dicotómico que escuchar a un hombre caucásico y millonario hablar que la mayor amenaza para la nación es su propia raza.
Ese antiguo fantasma de la segregación racial, es ahora agitado para resurgir y crear el caos en el país. Tal vez sólo cuando dejemos de estratificar y darle tanto valor al color de piel, logremos algunos avances en nuestro espíritu humano. Mientras se siga alentando la división no será posible.
Su plan es claro y no va a parar, es el típico discurso de odio de “Divide y vencerás”, utilizado tantas veces en la historia y por diferentes tiranos. Que nadie se confunda con su aspecto parco, voz suave y sonrisa empática. Esos son sus armas, esa es su fachada, pero detrás de él hay todo un arsenal, un plan detallado, con tal sincronización que, de darse el imprevisto de prescindir de él, seguiría en marcha sin mayor problema alguno y hasta mejor, por alguien más competente para sus intereses.
Por: Juan Pablo Valero
Filósofo | Escritor | Podcaster
(Escritor Invitado)
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