Save Ralph y cómo una gran denuncia no alcanza para cambiar la realidad

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La denuncia no alcanza

Cuando un activista enfrenta un problema que considera debe ser solucionado de inmediato, lo primero que salta a su mente es la necesidad de la denuncia. Esto en mi opinión, obedece al hecho de que solemos pensar que muchas cosas que están mal siguen ocurriendo porque las personas no se han enterado.

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El problema con este postulado es que, si bien es cierto, que muchos problemas en el mundo, delitos y crímenes ocurren tras un velo nefasto que los esconde, no es menos cierto que el simple hecho de dar a conocer un terrible problema no garantiza, en absoluto que se vaya a solucionar.

Es así, como la mayoría de los activistas, enfilan todas sus baterías hacia denunciar los problemas que consideran relevantes; pero es aquí donde comienza el problema real. Los activistas, en su mayoría piensan que cuando denuncian el problema se logró el objetivo y nada puede estar más lejos de la realidad.

Hagamos una pausa justo ahora y miremos el corto “Salvemos a Raph”, que forma parte de una campaña que ha involucrado a varias ONG, enfocadas en el cuidado de los animales. La campaña ha logrado viralizarse de una manera impresionante, con un éxito comunicacional indiscutible… Vamos a mirarla, porque es el ejemplo perfecto para ilustrar el resto del artículo.

Save Ralph

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Recuerda que es importante mirar el video ahora y no al final del artículo

¿Para qué sirve una denuncia?

Si me hicieron caso y acaban de mirar el video al igual que yo… aún deben estar conmocionados. La mezcla de emociones que nos despierta ver esta pieza tan perfectamente diseñada para alzar una denuncia sobre esta terrible variante del maltrato animal, nos deja sin aliento, con lágrimas en los ojos, con ganas de correr al baño a lanzar los productos que tenemos al cesto de la basura, para luego correr y liberar a todos estos indefensos seres vivos, que pagan nuestra vanidad con una vida llena de agonía.

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¡Misión cumplida! La denuncia ha cobrado vida y estoy seguro de que ha despertado un elevado nivel de consciencia en la gran mayoría de los millones de personas, que han visto el cortometraje.

Ahora bien, hasta aquí llega el poder de la denuncia, este es su objetivo: dar a conocer un hecho que está mal y que se debe detener, o dar a conocer algo, que ocurrió en el pasado y ha quedado impune, pero no más.

¿Ya te haz deshecho de todos los productos que tienes en casa y que han sido probados en animales?

¿Ya hiciste una investigación exhaustiva de cuáles marcas no torturan animales durante las pruebas de sus productos?

De seguro estás pensando que no, porque estás leyendo el artículo aún, pero te tengo una noticia. Si te pregunto esto dentro de 15 días, probablemente, no hayas tomado ninguna acción y si te lo pregunto dentro un año, ni siquiera vas a recordar quién es Ralph.

Lo más importante para resolver un problema no es la denuncia sino la estrategia para lograr el cambio

Realizar una denuncia es muy importante, pero no resuelve absolutamente nada y la mayoría de los activistas fracasan, porque viven en la fantasía que su denuncia ha sido un éxito y ya está en manos de otro resolver el problema.

Otra visión muy errada es la de pensar que con la denuncia, todas las personas que descubran la verdad van a cambiar su manera de ver la vida y su forma de actuar. Esta creencia no sólo es ingenua, sino totalmente utópica y te lo demostraré en un año, cuando no hayas dejado de usar ninguno de los productos que torturan animales durante sus pruebas y que tienes en casa hoy.

El problema no es que los seres humanos seamos mezquinos, sádicos o no nos importe el sufrimiento de vidas inocentes; el problema es que todos tenemos una realidad que debemos vivir y resolver día a día. Esta realidad inmediata termina imponiéndose sobre los problemas que no vemos sino de manera eventual.

La denuncia muere si no es parte de una estrategia

Una denuncia sólo puede generar un cambio cuando se realiza como parte de una estrategia que ataca el problema, desde las diferentes aristas que lo conforman.

En el caso de Ralph, si hoy todos nosotros dejamos de usar marcas que torturan animales, las empresas que no lo hacen, no podrían satisfacer la demanda mundial. ¿Alguien ha pensado en esto, por ejemplo? No, porque este tipo de problemas se ven desde lo emocional y no desde lo estratégico.

Para que esta fabulosa pieza de denuncia, no naufrague en el océano de la hiper información que vivimos a diario, la “Human Society International”, tendría que tener un plan estratégico para complementarla.

Acciones para impulsar cambios de políticas gubernamentales, educación para las personas, formación de matrices de opinión periódicas que revivan el tema (cada vez que se apague), acuerdos con diferentes líderes (que trabajen en pro de salvar a los animales), planes para impulsar a las empresas que no realizan pruebas en animales… son solo algunas de las acciones que muy a “grosso modo” podrían formar parte de un plan estratégico que persiga un cambio real.

Este ejemplo aplica para todo

Lo que acabamos de ver en las líneas pasadas, no solo aplica para activismo ambiental o para salvar animales, en realidad aplica para todo y especialmente en la política. Los liderazgos en el mundo se han vuelto especialistas en denuncias que nunca tienen un plan de acción estratégica.

Si quieres lograr un cambio, tienes que preparar el plan que permitirá hacer posible el cambio, de lo contrario, cualquier denuncia que hagas, está destinada a morir en el olvido en unas cuantas semanas y lo más peligroso, es que los estrategas del denunciado lo saben y están apostando a eso para seguir avanzando mientras tú solo denuncias. 

Por: Rommel Veitia Lugo

Periodista, Consultor de MKT y Comunicaciones, Director Repúblicos TV, Columnista en The Freedom Post.

Co-Host: EnContra2

Twitter: @RommelVeitia

Instagram: @rommel_veitia

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