Empezar un debate en Venezuela sobre la eutanasia, sobre todo en este momento donde la peor de las crisis políticas arrecia el horizonte jurídico y político del país, es una total pérdida de tiempo, no sólo porque Venezuela es un Estado fallido sino por que lamentablemente no existe una oposición seria (no estoy hablando de la política) a temas tan trascendentales como la eutanasia y el aborto.
Muchos que pensaron que el progresismo no llegaría a Venezuela tan pronto porque estábamos lidiando con problemas de índole económico con el socialismo carcomiendo a la sociedad venezolana desde hace más de 60 años, se equivocaron.
Tarek William Saab, el fiscal general de la tiranía, introdujo el pasado 25 de febrero del 2021 ante la Asamblea Nacional socialista un <Proyecto de Ley de Eutanasia> usando un lenguaje posmoderno y confuso con el fin de lograr la aceptación de la mayoría de los venezolanos.
El proyecto lo llamó: “Ley para optar voluntariamente a una muerte digna en caso de personas que presenten enfermedades terminales o de extremo dolor permanente”, proyecto que encontró oposición dentro de la Iglesia católica principalmente a través de la figura del Monseñor Victor Hugo Basabe que, en un tweet muy coherente, hace referencia a las carencias de todos los venezolanos en cuanto al acceso a un sistema de salud digno.
Esta es una discusión que no debería ni plantearse en un país donde se violan sistemáticamente los derechos humanos sólo por pensar distinto al partido de gobierno, según la ultima actualización del informe de Michelle Bachelet. Ahora imaginen legalizar la muerte desde el Estado. Tomando en cuenta que no hay garantías ni siquiera para cumplir los derechos básicos como libertad y propiedad, no quiero ni pensar en cómo se cumplirá este invento que esta plenamente alineado con las agendas globalistas de “nuevos derechos” con cuya plataforma se planteó en Venezuela dicho proyecto de ley para incorporar nuevos “derechos humanos” referidos al aborto, la eutanasia, la ideología de genero y cualquier otra ideología posmodernista en tendencia.
Ya con esto queda demostrado que la Asamblea Nacional de Venezuela del 2015 solo sirvió para consolidar a Maduro en el poder. No fueron efectivos ni siquiera para lo único que fueron elegidos <Remover a Maduro> y ahora hay un circo mediático en México, mientras que desde la “nueva” Asamblea Nacional que no tiene legitimidad de origen y la misma Organización de Estados Americanos (OEA) calificó de ilegítima trabaja incansablemente para cumplir con los objetivos impuestos desde las organizaciones supranacionales.
Vengo advirtiendo de la lucha cultural que se venía a Venezuela desde hace más de 1 año. Aunque muchos escépticos lo dudaban porque el progresismo solo se ve en países del primer mundo como Canadá y España, pues no: ya lo tenemos en las narices y eso, ligado con socialismo resultará en el cóctel perfecto para un caos mayor.
Y quizás ustedes se preguntarán ¿qué opina la Asociación de Médicos de Venezuela?
Pues -como todo el país- y aunque no está penalizada la eutanasia en Venezuela, los médicos tienen posiciones tibias al respecto, es decir, no hay oposición.
Sólo hay una pequeña oposición en la iglesia católica y no es en conjunto, sólo son unas cuantas voces.
Este tipo de ley en resumidas cuentas en manos de un Estado que se cree plenipotenciario (y en lo fáctico es plenipotenciario) resultaría en la legalización de un genocidio ya que su concepción sería muy general.
En el país que resido, Inglaterra, casi todos los días hay decisiones controversiales en ese entorno.
Sólo por mencionar uno, se encuentra el caso de Alfie Evans que pronto ofreceré detalles más amplios desde mi plataforma de podcast, pero para los políticos es mas fácil alinearse con la muerte. Y cómo ya el plan de la ONU es reducción de la población, Maduro y compañía -como buenos carniceros- están complacidos de cumplir con el plan.
Esteban Rafael Figueroa
Dios | Patria | Familia
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