Para entender esta frase con la cual titulo estas líneas, debe verse primero las siguientes fotos de la reunión que sucedió en Pekín, entre el Gobierno Chino y los incipientes sucesores al poder en Afganistán, los talibanes.
¿Ya podemos llamar a China el Enemigo Público #1 de Occidente, Ahora sí o todavía no?
Y les explico: esas fotos que ven allí, no fueron tomadas ayer, ni antes de ayer, cuando explotó el colapso en Afganistán, como algunas personas dijeron…
No, esas fotografías fueron captadas hace 3 semanas: exactamente el 28 de julio de 2021.
Tampoco fue el presidente Xi Jinping, con quien los talibanes se reunieron: fue con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, quien se fotografió sonriente con la barbuda delegación de nueve talibanes afganos, presidida por uno de los fundadores de ese grupo: el Mulá Abdul Ghani Baradar.
Y es que la vergonzosa retirada del terreno por parte de Estados Unidos -que sí, ya estaba planteada desde tiempos de Trump pero no se suponía se iba a concretar de esta manera tan desordenada e improvisada, con además, el gravísimo error de sacar las tropas antes de tiempo sin evacuar previamente a civiles, funcionarios, colaboradores, equipos y documentos-, termina planteando un grave problema geopolítico que tendrá consecuencias mayores para el equilibrio en la región, pero también para el mundo.
Y China, pero más específicamente el Partido Comunista Chino, nos muestra los dientes y nos muestra que está allí, al acecho.
La reunión de junio entre China y los talibanes se enmarcó en criticar las políticas estadounidenses en Afganistán, pero lo más importante fue que Pekín reconoció a la facción política-fundamentalista islámica sunní de Afganistán, autodenominado como «Emirato Islámico de Afganistán» (los talibanes), como un INTERLOCUTOR VÁLIDO en la medida en que se iba retirando Estados Unidos (por eso es tan importante fijarse en el calendario, la antelación de la reunión), para ofrecerle en la misma, la ampliación hasta Afganistán del corredor Económico Chino – Pakistaní, mientras que su contra parte, los talibanes, ofrecieron seguridad a las inversiones chinas en Afganistán, a cambio.
¿Qué tal?
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Es por eso, entre otras cosas, que mientras los funcionarios de la embajada estadounidense, de la embajada francesa y de demás países, huían despavoridos, (de nuevo: por el desorden, la falta de planificación, de liderazgo y de lealtad con la cual la gestión Biden actuó), la embajada de China se mantenía en tranquilidad.
Lo que no imaginábamos las personas que vimos la noticia de la reunión semanas atrás, era el desastre que iba a terminar pasando en Afganistán en estos dias, pero quienes sí lo sabían eran los miembros de esa delegación talibana que visitaba Pekín
¡Y quien lo sabía aun más: era el Gobierno de China!
Lo que está sucediendo en Afganistán es un golpe muy fuerte a la cultura occidental y tiene implicaciones geopolíticas no sólo para la zona del Medio Oriente, sino para el mundo en su totalidad.
Ni qué hablar del golpe a la credibilidad de Estados Unidos y al equilibrio de fuerzas mundiales.
Es todo un verdadero desastre.
Olvídense de los tiempos en que había un equilibrio de poder entre Oriente y Occidente. Olvídense de los tiempos en que se respetaba a Estados Unidos, pues no hay cómo olvidar que ahora actúan desorganizados y huidizos, convirtiéndose además, en un aliado nada fiable, porque probablemente casi ningún pais en el mundo querrá participar en ninguna accion militar contundente liderada por Estados Unidos en el futuro, si es que la llega a haber -cosa que particularmente yo dudo-.
Esa epoca tambien terminó.
Con su accionar en Afganistán, la administración Biden ciertamente le ha dado la certeza a los criminales del mundo de que pueden hacer y deshacer cuánto les de la gana en el futuro, pues no tendrán ningun freno.
Y mientras…China, se reúne… valida… legítima a actores anti-occidente… y penetra más y más espacios del mundo.
Las demostraciones han sido muchas; por poner unos pocos ejemplos, allí tenemos las no-acciones u omisiones estadounidenses frente a Vladimir Putin en Rusia, Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia, y en nuestros climas más tropicales, las no-acciones u omisiones estadounidenses frente a Daniel Ortega en Nicaragua, o frente a Nicolas Maduro en Venezuela.
Sin embargo, haciendo honor a la verdad, esto último no es sólo responsabilidad de Estados Unidos.
Vivimos en lo que es un concierto internacional y a las acciones u omisiones de Estados Unidos se les suma la tibieza y el “buenismo” mundial, la complicidad internacional y la inoperancia, junto al “izquierdismo” con los cuales se conducen los Organismos Internacionales (del cual lleva la pancarta en el desfile, la Organización de Naciones Unidas, ONU) actuando con un mundial “Laissez Faire – Laissez Passer” (dejar hacer / dejar pasar).
Pero volviendo al tema Afganistán y a las graves implicaciones geopolíticas que de todo ese desastre se está desprendiendo, hay una alerta, y es:
No es sólo China el país que juega a la dominación mundial y a la influencia en territorios para sacar a occidente de donde estaba. También compite cabeza con cabeza Rusia, y por allá, un poco mas atrás, lo intenta también Irán.
Pero en cuanto a China (y después del detallazo del C0V1D-19 en el que China nos puso en Jaque a toda la poblacion mundial, dándonos casa por carcel “made in China” , tenemos que pensar y hablar con sinceridad si ya podemos señalar a China y a su casta Gobernante, el Partido Comunista de China, como enemigo #1 de Occidente, o si aún no y decidimos seguir distraidos esperando la llegada de un escenario extremo en el cual el ejército chino esté marchando sobre las calles de EEUU y tome La Casa Blanca para ahí si considerar a China un peligro.
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