Una mujer que afirmó que le recetaron ver Netflix para aliviar su dolor de cabeza descubrió más tarde que tenía una enfermedad mortal.
A Lisa Thomas, de 46 años, le dijeron que tenía un tumor cerebral agresivo y canceroso con un pronóstico típico de un año.
Había estado sufriendo dolores de cabeza que le causaban un dolor insoportable, pero dice que no la tomaron en serio.
Supuestamente, un médico subalterno le dijo que “fuera a casa, descansara y mirara Netflix” para relajarse.
Pero su instinto le dijo que algo andaba mal, y terminó pagando una exploración privada que le salvó la vida y encontró un tumor llamado glioblastoma multiforme (GBM).
La madre de dos niños dijo: “Después del escaneo privado, recuerdo que busqué ‘GBM’ en línea y descubrí el terrible pronóstico”.
“Después de eso, no podía mirar a mis dos hijos sin llorar, imaginándolos creciendo sin que yo estuviera cerca. Pero ahora, mi hijo mayor debe comenzar la escuela secundaria este año, que es algo para lo que nunca pensé que estaría aquí”.
Lisa, una controladora de tráfico aéreo, comenzó a experimentar mareos a fines de 2016, incluso una vez se desmayó como resultado.
Pero le aseguraron que se trataba de un incidente aislado y que sus síntomas se atribuyeron a la fatiga y la sinusitis.
Luego, meses después, en mayo de 2017, se despertó con un dolor de cabeza insoportable y, temiendo lo peor, llamó a una ambulancia.
Lisa, que vive con Miles, de 45 años, y sus hijos Jake, de 11, y Daniel, de ocho, fue trasladada de urgencia al Hospital del Condado de Royal Hampshire, Winchester en Reino Unido.
Pero para su sorpresa, le recetaron antibióticos y algo de televisión.
Lisa dijo: “Sentí como si me hubieran golpeado en la cabeza con un martillo, nunca había sentido un dolor como ese. Pero el médico subalterno me dijo que no es nada grave y que debería irme a casa, descansar y ver Netflix para ayudarme a relajarme”.
“Cuando llegué al hospital, sentí que me trataban como una pérdida de tiempo. El personal fue bastante despectivo”.
En busca de respuestas, Lisa regresó a su médico de cabecera, pero después de estar en una lista de espera de tres meses para ver a un especialista, pagó por un escaneo privado.
Le diagnosticaron GBM, un tumor cerebral de rápido crecimiento que conlleva un pronóstico severo de solo 12 a 18 meses.
Solo el cinco por ciento de los pacientes diagnosticados con este tipo de tumor cerebral viven más de cinco años.
Los signos clave son dolores de cabeza constantes, convulsiones, un cambio de personalidad y problemas para pensar, hablar y cambios en la visión.
“Mi familia me apoyó muchísimo. Mis padres incluso vendieron su casa en Escocia y se mudaron para estar más cerca de nosotros”.
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El 17 de julio, menos de quince días después de su diagnóstico, los cirujanos del Hospital General de Southampton extirparon el tumor.
Lisa recibió ocho semanas de radioterapia y quimioterapia después de la cirugía, luego se sometió a exploraciones cada tres meses para verificar si había vuelto a crecer.
Cinco años después, y superando las probabilidades de supervivencia, la valiente Lisa tiene escaneos solo dos veces al año después de dos años de escaneos claros.
LA PATILLA
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