Sawang Janpram no había participado en ninguna competición atlética hasta que en 2017 su hija le animó a presentarse. Desde entonces, este hombre que hoy tiene 102 años domina varias competiciones en su categoría para mayores de 100 y rompe récords como el de los 100 metros lisos, que recorre en 27,08 segundos.
Con una voz todavía vigorosa, Janpram cuenta a Efe por teléfono cómo en la competición atlética tailandesa Samut Songkhran del pasado fin de semana ganó el oro en los 100 metros lisos, con récord incluido en su categoría, lanzamiento de peso, disco y jabalina.
Dice que el mayor atractivo de las competiciones es encontrarse con viejos amigos, aunque en algunas participa él solo porque no quedan más atletas vivos en su categoría.
«No siento nada especial cuando corro. Solo me divierte y me cansa un poco. Noto que mi cuerpo está haciéndose más fuerte. Mi salud física y mental ha mejorado», explica el centenario.
Janpram no empezó a competir hasta el año 2017, animado por la afición de su hija al atletismo, y en la primera competición a la que acudió batió el récord de Asia de lanzamiento de peso en su categoría, lo que le permitió ser seleccionado para una competición en China.
«Le gustó la competición y poder visitar países extranjeros, así que siguió compitiendo. Su cuerpo se hizo más fuerte porque practicaba todos los días», explica su hija y entrenadora, Siripan Janpram, de 70 años.
«Practica mucho antes de las competiciones. Si no hay competiciones, camina entre uno y dos kilómetros al día. De vez en cuando corre los cien metros aunque no haya competición para que su cuerpo se acostumbre. Los fines de semana descansamos», relata.
Dieta y entrenamiento
El anciano dice no seguir una dieta particular para mantenerse en forma. «Tomo tres comidas al día. Verdura y pasta de chile, platos tailandeses y también como dos o tres huevos al día», dice, mientras su hija añade que además de los huevos diarios que ella le recomienda tomar, también le da suplementos de proteínas.
Hasta los 80 años Janpram era una persona bastante sedentaria, pero ver a un amigo suyo enfermo y postrado en una cama le hizo darse cuenta de la importancia del ejercicio para no convertirse en un lastre para sus hijos, por lo que comenzó a caminar entre dos y tres kilómetros a diario.
No se lanzó a competir antes de 2017 porque al principio le cansaban mucho los desplazamientos en coche necesarios para ir a las competiciones, pero cuando su forma física mejoró, empezó a participar junto a su hija, que siempre entrena con él a las 7 de la mañana, antes de que el tórrido sol del sur de Tailandia golpee con toda su fuerza.
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El centenario no escucha a quienes digan que es demasiado mayor para correr «porque si se entrena con regularidad se puede hacer» y tampoco tiene planes de dejar la competición.
«Seguiré corriendo hasta que mi cuerpo aguante», afirma.
EFE
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