Las 10 mejores frases de El Chavo y El Chapulín para líderes

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Quién no ha visto alguna vez El Chavo o El Chapulín Colorado? Estos son dos de los personajes más emblemáticos y famosos a nivel mundial creados e interpretados por el artista mexicano Roberto Gómez Bolaños.

Nacido en 1929 en la ciudad de México, y fallecido en 2014 en Cancún, fue ilustrador, productor, guionista, escritor, actor, director y empresario, con una carrera de más de 40 años, en la que creó algunos de los íconos que marcaron a fuego la infancia de varias generaciones.

No todo el mundo sabe que “Chespirito”, como se lo apodaba, empezó su labor en una empresa constructora tras algunos años de estudiar ingeniería mecánica. De muy joven pasó una entrevista laboral a partir de un anuncio en un periódico, y se relacionó con la televisión en 1950, donde trabajó como guionista. Diez años después hizo su primer personaje como actor.

¿Y por qué le pusieron Chespirito? Por su pequeña estatura y enorme talento para las historias y guiones: lo empezaron a comparar con el genial William Shakespeare, cuya fonética es “chekspir”, y de ahí a “Chekspirito” y “Chespirito” hubo sólo un paso.

De hecho, muchos personajes que creó y palabras que inventó para sus programas, empezaban con la “ch”, un prefijo entonces típico equivalente a muchas groserías en su país, según él mismo detalló en una entrevista.

Sus programas siguen al aire en televisoras de muchos países y sistemas vía streaming de todo el mundo; y además, alimenta millones de memes en las redes sociales.

Las 10 mejores frases de El Chavo y Chespirito para líderes de hoy
Como sabes, hay muchos latiguillos que han pasado a la categoría de célebres actualmente, que se originaron en las series televisivas de Gómez Bolaños.

Aquí encontrarás una selección con las 10 mejores frases que nos legó, que podemos leer, también, bajo la mirada del liderazgo:

Frases de “El Chavo”

«Es que no me tienen paciencia»

Posiblemente es una de las más emblemáticas, y la asociamos a la capacidad de todo líder de considerar el factor de la paciente espera dentro de su gestión cotidiana. Posiblemente los equipos le tienen paciencia, y a su vez, debería ser recíproca con su gente, ya que no somos perfectos y todos podemos cometer errores y torpezas y tener demoras e imprevistos.

«Lo último que se pierde es la esperanza, Señor Barriga»

Con un claro tono inspiracional y de motivación, El Chavo refleja así el temperamento deseable en quien sea líder, de tener la mirada puesta en el horizonte realista-optimista, más allá de cualquier circunstancia. Es este enfoque el que permitirá encontrar salidas y abrir posibilidades.

«Fue sin querer queriendo»

Otra frase de antología que nos legó el popular personaje representa la inocencia y, a la vez, la torpeza en la que caía frecuentemente.

En el mundo del liderazgo es importante la vulnerabilidad de quien dirige para aceptar sus propios errores, y saber que muchas veces pueden ser producto de confiar demasiado en sus instintos y hasta en su propio inconsciente, que le puede jugar una mala pasada tomando decisiones desacertadas. En cualquier caso, son experiencias completamente humanas.

«Bueno, pero no te enojes»

La templanza que acompaña a las personas con roles de liderazgo implica la tolerancia a la frustración, la decepción y asumir que puede haber una brecha entre la expectativa y la realidad. Es de sabios mantener la calma y, siempre, cuidar las formas sobre todo para que el enojo no se transforme en ira y estallidos emocionales que cuestan caro en términos de los vínculos de confianza con los equipos.

«No, me estoy lavando los ojos de adentro para afuera»

Si algo estamos aprendiendo en esta época del mundo empresarial es que cada vez se ponen más de manifiesto las emociones sobre la mesa, empezando por directivos y gerentes. De eso hablo en mi libro “Innovación Emocional”, escrito hace varios años atrás.

Si bien una organización no es un grupo de autoayuda ni terapéutico, sí es sano entender que hay momentos donde nos puede inundar la emoción, y es válido y aceptable que se exprese en su total dimensión. Ocultarla, taparla y, peor aún, no procesarla, puede costar caro a quien las siente.

Frases de El Chapulín Colorado

«No contaban con mi astucia»

El personaje lo mencionaba siempre al comienzo de cada capítulo, y refleja que hay ciertas condiciones que se tienen y que las otras personas quizás no puedan observar. Por ejemplo, el potencial oculto de alguien que aún no se anima a desplegarlo.

La misión como líderes es despertarlo y expandirlo, para lograr un máximo nivel de involucramiento y adhesión de cada miembro del equipo.

“Que no panda el cúnico»

Posiblemente muchos de nosotros la hemos dicho una y otra vez. Aquí, el personaje buscaba poner paños fríos y cierta racionalidad a situaciones sumamente emocionales, desde las que es muy difícil operar soluciones y alternativas. Y es exactamente eso uno de los roles fundamentales en los que se basa el buen liderazgo: la capacidad de apaciguar, atemperar y abrir espacios para que se resuelvan los problemas.

«Síganme los buenos»

Más allá de la palabra “Síganme…” que encabeza la frase televisiva, si bajamos este concepto al mundo de la empresa podemos verlo como afirma mi maestro, el experto mundial John Maxwell: el buen liderazgo se trata de crear más líderes, no seguidores.

Cuando tienes responsabilidad sobre las personas, actúas, vives, piensas, interpretas y canalizas las mejores formas de ser y hacer, para acompañar, guiar e inspirar permanentemente. La clave está en rodearse de buenos integrantes, que harán que el equipo se consolide más rápidamente.

«Se aprovechan de mi nobleza»

Hay un libro muy popular, “Los cuatro acuerdos”, del también mexicano doctor Miguel Ruiz, donde uno de sus preceptos es “No tomes nada como personal”.

En el liderazgo, si te tomas a pecho cada situación vivirás ofendido la mayor parte del tiempo. Además, empezarás a ver fantasmas y complots en tu contra donde muy posiblemente no los haya.

Como líder, sugiero que busques afirmarte en tu capacidad, calidad humana y cercanía, y verás cómo es posible que nadie “se aproveche de tu nobleza”.

«Lo sospeché desde un principio»

Si transpolamos la frase al mundo corporativo, el factor intuición es sumamente valioso en la gestión directiva. Desde tiempos inmemoriales, las corazonadas o “sentir las tripas” son sinónimo de lo que aquí llamamos intuición.

Se trata de esta poderosa guía que tenemos los seres humanos, mediante la que, más allá de las evidencias, la información tangible que dispongamos y las referencias que hayamos reunido, aparece con agudeza un sexto sentido, que nos permite completar el panorama sobre lo que queremos dilucidar.

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En el mundo del liderazgo, El Chapulín Colorado nos viene a recordar que no hay que dejarla de lado, saber escuchar, prestar atención a lo que nos sugiere, y, a la vez, contrastar con datos e información, para poder decidir.

Aunque debo confesarte que conozco decenas de grandes líderes de empresas que se basan en su intuición más que en lo puramente racional a la hora de llevar adelante su actividad… ¡y son enormemente exitosos!

Desde donde sea que esté, quizás Roberto Gómez Bolaños perciba que aquí le hemos rendido un homenaje a través de frases muy conocidas de sus dos más entrañables personajes. La intención fue ponerlas sobre la mesa de grandes líderes y sus equipos, e invitarnos (a todos) a reflexionar sobre cómo aplicarlas en el día a día de las empresas.

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