¿Qué nos caracteriza como una persona propositiva?

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Todo ser dirige su mirada hacia una persona propositiva cuando necesita resolver un problema. Descubre aquí por qué.

Tal vez te haya sonado un poco extraño el término “propositiva” pero es el que más se adapta a este perfil de ser humano. En los libros de autoayuda y superación personal ya se está añadiendo y analizando. Ser alguien propositivo es beneficioso para su entorno y hasta para el planeta. Se dice que una persona que asume una actitud analítica, evalúa críticamente los sucesos, genera soluciones a los problemas y piensa alternativas para actuar es un “propositivo”.

Muchos de nosotros seguramente tengamos algún amigo o familiar que ante un problema esperamos con inquietud ver qué solución ofrece. Su presencia nos transmite tranquilidad, ya que sabemos que estamos ante alguien resolutivo y con la suficiente fuerza como para llevar a cuestas la situación si hace falta. Su forma de ser arrolladora y positiva, sin duda, resulta atractiva para aquellos que le rodean.

Adentrándonos en los “propositivos”

Entonces, su vocación se basa en la acción una vez que hubo reflexión y se llegó a una conclusión. Es todo lo contrario a una persona impulsiva y están en “la vereda de enfrente” con las pasivas. En su lugar, propone argumentos o soluciones para cambiar o mejorar la situación. 

Otra de las características de las personas propositivas es que convierten sus ideas en planes de acción que llevan a cabo en el corto plazo. No suelen descansar hasta verlos que se concretan o finalizan. Esto significa que un propositivo no solo lanza el proyecto, sino que da todo de sí para cumplirlo.

Por tanto, pueden asumir sin problemas el liderazgo de una empresa, ser el que saque adelante una pareja o hacer lo imposible para que una familia se lleve bien.

Lo bueno es que cualquier persona que no lo lleve como algo innato lo puede aprender y poner en práctica. Sin dudas, es un cambio realmente sustancial para la vida, porque nos permite ser mejores con nosotros mismos y con los demás.

Pensar en buenas ideas para ayudar al prójimo, resolver cualquier situación que nos incluye y no hablar sin pensar, son habilidades que no todos poseemos, pero que vale la pena intentar añadirlas a nuestro perfil.

Para ser un buen propositivo no basta lanzar al aire cientos de ideas “posibles”, sino encontrar la que más se adapta a la realidad, pensando bien, analizando las variables y los potenciales resultados. Hay que estar dispuesto a cargar con la mochila de la responsabilidad y hacernos cargo de lo que se obtenga por nuestra iniciativa.

Rasgos característicos de los propositivos

Estas son las 3 habilidades con las que cuenta una persona propositiva. Puede ser que haya nacido con ellas o que  desarrollara a lo largo de su vida. Conocerlas es una buena manera de comenzar a actuar con estos valores.

Piensa antes de actuar

Una persona propositiva es consciente de que precisa de la inteligencia, la astucia y la rapidez necesaria para poder pensar con sabiduría y conseguir excelentes resultados en todo lo que se propone.

Probablemente, sea una persona reservada pero que, cuando habla, todos se callan para escucharla. Puede que también se dirija al resto de una manera muy específica, analizando palabra por palabra y gesto por gesto.

Siempre tiene en claro sus pensamientos antes de informarlos al resto (puede ser la pareja, los empleados, los amigos, etc.). De hecho, puede que tengan una idea definida de antemano, pero se la reserven hasta que sea el momento adecuado para presentársela a los demás.

Su forma de comunicar suele ser efectiva y directa. En lugar de dar rodeos, la persona propositiva suele ir al centro del problema. Son amantes de buscar soluciones en lugar de regodearse en las desgracias.

No se siente amenazado por propuestas contrarias a las propias

Esta es una diferencia clave con los que suelen ofrecer una gran cantidad de proyectos, pero que se enojan cuando ninguno (o solo algunos) son aceptados o tomados al pie de la letra.

Una persona propositiva ve siempre la posibilidad de reformular sus ideas con base en lo que dicen los demás. Si un líder cuenta con esta maravillosa característica, verá en los que lo apoyan una fuente más de donde tomar información para seguir actuando.

En una frase o desaprobación del otro, no observará una traba u obstáculo, sino una oportunidad de crecimiento o de enriquecimiento para el futuro. No esperan tampoco que todo lo que diga sea tomado sin modificaciones.

Sabe que cada persona es diferente y que si bien, para él es una excelente idea, puede que a los demás no les parezca así. En lugar de enojarse, intenta mejorar su versión de los hechos y, sobre todo, obtener mejores proyectos e iniciativas.

También posee habilidad para transformar las adversidades en oportunidades. En lugar de quejarse y atacar a aquellos que son diferentes, opta por analizar qué aspectos puede aprender y de cuáles puede sacar partido. El “propositivo” es capaz de sacar energía donde otros solo ven impedimentos.

Siempre hace lo que dice

Esa es otra diferencia con los típicos “charlatanes” que solamente hablan y no actúan en consecuencia. Lamentablemente, hay muchos de este tipo en el mundo. Sin embargo, una persona propositiva concluye la mayoría de lo que se propone. Pues, confía en sus habilidades y sabe planificar una buena respuesta.

Esto implica coherencia en todos los casos: sus acciones son consecuentes con sus enunciados, formulaciones y propuestas. Esto quiere decir, entonces, que practica lo que predica o que enseña con el ejemplo.

Sin dudas, es lo que lo convierte en una persona tan valiosa y a la vez, tan buscada por las empresas. Afortunadamente, todos podemos ser propositivos si nos lo proponemos.