Estados Unidos es una vez más el escenario de un nuevo tiroteo, un hombre armado irrumpió un hospital en la ciudad de Tulsa, Oklahoma, asesinando a cuatro personas. Durante la masacre el hombre se suicidó, según dijeron las autoridades. Este ataque tiene lugar a pocos días del más reciente donde fueron asesinados 19 niños y dos adultos en Texas, un caso que sigue convulsionando. Además, donde se ha despertado la histórica discusión en ese país sobre la regulación del porte de armas.
El problema con las armas parece repetirse en Estados Unidos. Un hombre armado con un rifle y una pistola invadió el segundo piso del Edificio Natalie que alberga el campus del hospital Saint Francis, en Tulsa, asesinado a cuatro personas en un nuevo episodio perpetrado por un atacante en solitario armado.
“En este momento tenemos cuatro civiles que están muertos, tenemos un tirador que está muerto, y creemos que esto fue autoinfligido”, dijo a los periodistas el subjefe del Departamento de Policía de Tulsa, Eric Dalgleish.
Los oficiales también agregaron que desde el momento que empezaron a recibir las llamadas hasta llegar a la escena de los crímenes pasaron unos cuatro minutos. Al ingresar al hospital la policía pudo escuchar los tiros mientras despejaban la zona, que calificaron de “catastrófica”. Asimismo, han dicho que hasta el momento no se ha identificado al asesino. Por su parte, el presidente Joe Biden, se ha solidarizado con las familias y ha brindado todo el apoyo a las autoridades de Tulsa por medio de un comunicado.
Este hecho tuvo lugar en medio de un escenario donde Estados Unidos continúa siendo golpeado por este tipo de ataques contra ciudadanos. Según el Archivo de Violencia Armada, se han producido 233 tiroteos masivos este año en el país, más de un incidente de este tipo por día en 2022 hasta el momento.
Estados Unidos sacudido por una serie de tiroteos en el último mes
Mientras las autoridades tratan de reponer el orden en Tulsa, hay varias familias en el país que siguen llorando los cuerpos de sus seres queridos. Durante este mes, el país se ha visto golpeado por varios tiroteos.
El 14 de mayo, un supremacista blanco asesinó 10 personas en una tienda de comestibles en Buffalo, en el estado de Nueva York. El tirador sobrevivió y enfrenta cargos. Apenas diez días después, un hombre armado de 18 años armado con un AR-15 irrumpió en una escuela primaria en el pequeño pueblo de Uvalde, en Texas, y mató a 21 personas, 19 de ellas niños pequeños. Sus funerales y la consternación que ha dejado esta masacre aún continúan.
El histórico debate sobre la regulación de armas
El presidente Joe Biden, ha pedido en diversas ocasiones al Senado que refuerce el control de armas. Sin embargo, las continuas tensiones entre demócratas y republicanos hacen imposible enmendar la Constitución de los Estados Unidos, a pesar de los últimos sucesos.
Recientemente, ante la postura desde la Casa Blanca sobre intentar regular la portación de armas, está ha sido una de las respuestas de un congresista republicano en la Florida: “Tengo noticias para la vergüenza que dice ser nuestro presidente: intente tomar nuestras armas y aprenderá por qué se escribió la Segunda Enmienda en primer lugar.
A este escenario se suman cifras que preocupan, según una última publicación de la organización suiza Small Arms Surveys, en Estados Unidos hay 120 armas de fuego por cada 100 ciudadanos. Además, el informe resalta que sólo esta nación tiene el 46% de las armas civiles que existen en el mundo.
El mayor lobby de armas en el mundo
A pesar de esta serie de sucesos que ponen de cabeza la tranquilidad de los estadounidenses, esto no fue impedimento para que se llevara a cabo hace pocos días, el encuentro de la Asociación Nacional del Rifle (NRA sus siglas en inglés), cuyo objetivo es defender el derecho a poseer y portar armas.
Nuevamente, con personajes como el expresidente Donald Trump de invitados especiales, se reforzó la defensa de la portación de armas y su rechazo rotundo a una posible regulación.