Emisarios de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos tratan de encontrar una solución para evitar nuevas tensiones entre Kosovo y Serbia, a una semana de vencer una moratoria para la aplicación de unas medidas administrativas kosovares que los serbios rechazan como una provocación.
«Queremos que las dos partes se comprometan a que no habrá violencia», declaró este viernes en Belgrado el enviado estadounidense para los Balcanes Occidentales, Gabriel Escobar, según informó Radio Free Europe (RFE) en serbio.
Escobar y el mediador de la Unión Europea, Miroslav Lajcak, celebraron esta semana una serie de reuniones con las autoridades kosovares y serbias en un intento de superar la actual tensión.
Lajcak indicó en Twitter que «los contactos continuarán» y que espera que «se esté de buen camino».
Las negociaciones de normalización entre Serbia y Kosovo, su antigua provincia que proclamó en 2008 la independencia pero que Belgrado no reconoce, se llevan a cabo bajo el amparo de la UE desde 2011, con pocos avances y frecuentes tensiones.
Pristina anunció que el 1 de septiembre aplicará su decisión de prohibir documentos de identidad y matrículas de coches serbias en su territorio, tras haberla pospuesto por un mes ante las presiones internacionales a raíz de las fuertes tensiones que se vivieron a finales de julio.
La decisión provocó entonces bloqueos de los pasos fronterizos y las carreteras en el norte de Kosovo, poblado en su mayoría por serbio kosovares, y un aumento de la fricción sobre el terreno.
La misión KFOR de la OTAN, encargada de vigilar la seguridad en Kosovo tras la guerra de 1998/99, aumentó su presencia en el norte del país para prevenir una eventual escalada.
Una reunión a mediados de mes en Bruselas entre el presidente serbio, Aleksandar Vucic, y el primer ministro kosovar, Albin Kurti, no trajo avances, aunque Lajcak y Escobar continuaron con sus contactos.
Según las medidas de Pristina, las personas que entren en Kosovo con carnés de identidad emitidos por Serbia recibirán un documento temporal kosovar, válido durante 90 días.
La medida afecta a los serbios kosovares, muchos de los que no tienen los documentos de Kosovo y que denuncian que la medida complicaría sus vidas.
Además, las matrículas de coches emitidas por Serbia para ciudades kosovares con mayoría serbia tendrán que ser sustituidas por las oficiales de Kosovo.
Pristina lo ve como «medidas de reciprocidad», ya que Belgrado hace lo mismo, mientras que según Serbia violan unos acuerdos previos.
Escobar declaró hoy que ha visto «una gran preocupación por los serbios en Kosovo, y un gran problema de confianza» entre las partes, pero que espera un acuerdo sobre las medidas.
«Espero que la vida cotidiana de las personas en el norte de Kosovo el 1 de septiembre no se agrave y que vivan en paz, sin la necesidad de procedimientos administrativos adicionales para que lleguen a sus casas. Confío en que lo lograremos», dijo el emisario estadounidense, según RFE.
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