Un vaso con agua y una cuchara con polvo (50 gramos), eso es lo único que necesita para hacer de la mezcla una cerveza en contados segundos. La idea de una empresa de Alemania busca marcar un precedente en el mercado para que tanto consumidores como fabricantes apoyen la lucha contra el cambio climático.
“Si lo miras globalmente, podríamos reducir alrededor de la mitad de las emisiones de CO2 en todo el mundo”, puntualizó Stefan Fritsche, gerente de la cervecería Klosterbrauerei Neuzelle, fabricante hace más de 400 años, en charla con la agencia Reuters.
¿Cómo reduce el CO2?
Para producir una sola botella o lata de cerveza se destinan numerosos recursos: desde el agua y los componentes químicos que se necesitan para la bebida, el proceso de envase y el transporte necesario para distribuirla en bares, supermercados y más.
En cambio, un pequeño sobre con polvo reduce la logística y la huella de dióxido de carbono, según ha experimentado la fábrica alemana con “la primera cerveza en polvo de todo el mundo”. Solo en Alemania, podría ahorrar entre el tres y cinco por ciento de las emisiones de CO2.
“La idea es muy sencilla: añadir polvo, añadir agua, remover un par de veces y la cerveza está lista. En el futuro, tan pronto como esté lista para el mercado, la cerveza en polvo se producirá en grandes fábricas y se entregará a las embotelladoras de agua locales. Luego pueden mezclarlo con agua, embotellarlo y venderlo localmente como cerveza. Una idea ecológica”, vislumbró el gerente general, en otras declaraciones para el medio local Berliner Zeitung.
El componente clave que le falta a la cerveza
La idea está en marcha, pero aún al polvo se le debe añadir el ingrediente -tal vez- más importante: el alcohol. La cervecería asegura que ya tiene “la espuma y el sabor de la cerveza” y espera que durante 2023 logre finiquitar el proceso. Eso sí, está a la expectativa de las normativas en su país, pues hasta ahora no hay regulación para algo similar a alcohol en polvo.
Una vez esté lista, esperan que el polvo cree fielmente una cerveza lager (sabor neutro y una de las más elaboradas y consumidas en el mundo), pilsen (más clara y ligera) u oscura.
Además, buscan socios en distintos países. Podrían venderles el polvo y ellos aportar en el envase mientras se da la transición completa para reducir el CO2.
“La cerveza en polvo se puede elaborar allí y luego se puede exportar desde la fábrica a otro país, donde tendrías una empresa embotelladora. (…) Luego podría ser embotellado allí en la primera etapa. En la siguiente etapa, podemos considerar entregrar el polvo al cliente final”, anunció en la agencia citada.
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“Todavía queda un largo camino por recorrer”, reconoció.
EL TIEMPO
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