Una camarera del Mondaiji Con Café Daku, un bar de Japón, armó el cóctel llamado Orikaku con su propia sangre, según ella por pedido del cliente, pero desde la empresa decidieron despedirla tras poner en riesgo la salud de los comensales.
El bar, que abrió sus puertas al público a principios de marzo, tiene una marcada política de integración, según explicó su dueño en las redes sociales. En sus posteos de Twitter contó que las chicas que trabajan allí como bartenders son personas con problemas psicológicos, pero que, igualmente, quieren darles una oportunidad.
“Comencé la tienda con la idea de que si pudiera darle un salario a una chica a la que le resultaría difícil trabajar en un lugar de trabajo normal y estabilizar su vida, estaría mentalmente estable”, comentó el dueño del bar luego que se conociera el terrible suceso.
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