Chupar sangre no es solo un asunto de ficción: en 2011, Lyle Bensley, un joven de Texas de 19 años, presuntamente irrumpió en la vivienda de una mujer y la mordió en el cuello. Esto no era precisamente un juego entre amantes; Bensley aseguró ser un vampiro centenario que necesitaba beber sangre para mantenerse vivo. La mujer logró escapar y llamó a la Policía, lo cual produjo el arresto del supuesto vampiro.
¿Pero es seguro beber sangre? Como señala LiveScience en un artículo, en pequeñas cantidades (por ejemplo, un par de cucharaditas), y suponiendo que la sangre se encuentre libre de patógenos (como las muchas enfermedades de transmisión hemática), beber sangre podría no ser dañino. Pero más allá de eso, hay que tener cuidado.
Si bien la sangre es vital tenerla dentro de nuestro organismo, al beberla, es tóxica. Es decir, cuando se limita a los lugares donde se supone debe estar la sangre, como los vasos sanguíneos, el corazón, etc., es esencial para la vida. Pero cuando se ingiere es otra cosa. Por supuesto, los efectos de las toxinas están sujetas a las dosis, y así como un poquito de veneno no necesariamente te matará, cuanto más lo consumas, mayor será el riesgo.
El peligro para los humanos radica en que la sangre es muy rica en hierro, y a nuestro cuerpo se le dificulta excretar el exceso de este elemento. Y aunque el hierro es necesario para casi todos los seres vivos, en dosis altas puede “envenenar”. Esta afección, denominada hemocromatosis, es causante de varios trastornos, como disfunción hepática, deshidratación, edema pulmonar, presión arterial baja y alteración del sistema nervioso.
Aún así, el tema de las personas que beben sangre humana parece más común de lo que cabría esperar. Un artículo de 2015 publicado por la BBC, señala que miles de personas en Estados Unidos beben sangre por diferentes razones. Por ejemplo, algunas de estas personas afirman que la sustancia les proporciona energía y manifiestan además que no han tenido ningún efecto negativo o complicación médica como resultado del consumo de sangre.
Murciélagos vampiro
A diferencia de los seres humanos, los organismos de algunos animales que consumen sangre han adaptado sistemas digestivos especializados. Según Katherine Ramsland en su libro “La ciencia de los vampiros”, los murciélagos vampiro (Desmodontinae) requieren una gran ingesta de hierro que les produce la hemoglobina suficiente para conducir oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos del cuerpo. No obstante, el consumo de hierro generalmente excede la necesidad de estos murciélagos, por lo que cuentan con un sistema especial para secretar el sobrante y así evitar que demasiado hierro ingrese a su torrente sanguíneo.
Nosotros los humanos, sin embargo, no desarrollamos un sistema que permita la extracción de hierro de nuestro cuerpo, por lo que beber sangre puede matarnos.
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Así que, si estás pensando en consumir sangre humana, asegúrate de tener un médico cerca, para ti, no para tu víctima.
GM
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