Cuando se viaja a otro país es lógico que se produzca un choque cultural no solo con el idioma sino también con las costumbres. Aunque descubrir cómo se vive en otros lugares del mundo abre tu mente y tiene múltiples beneficios, estas diferencias también pueden llegar a crear momentos incómodos o malentendidos, sobre todo en países tan turísticos como España.
España es uno de los destinos favoritos de los extranjeros y se sitúa en el tercer puesto de los países más visitados. Solo en 2022 más de 70 millones de turistas internacionales viajaron hasta aquí. La gastronomía, las playas, espacios naturales, monumentos históricos o el clima son los mayores atractivos de la península y las islas. Aunque el nivel de satisfacción de los turistas que visitaron nuestro país el pasado verano alcanza el 96%, según la Encuesta de satisfacción del visitante 2022, hay costumbres que chirrían a los extranjeros. Cada región tiene sus particularidades que pueden extrañar a los ‘forasteros
Las horas de las comidas
Para la mayoría de extranjeros comemos y cenamos muy tarde. Ya dentro del país hay un continuo debate en torno a nuestros horarios porque la hora para salir de trabajar o dormir es demasiado tarde y perjudicial para la salud. También lo hay para eliminar el cambio de hora.
En casi todos los puntos del mundo toman la comida principal sobre las 12 de la mañana, mientras que en España se puede alargar hasta las 3 o 4 de la tarde. Lo mismo ocurre por la noche: las cenas duran hasta las 10 o 11 si es verano. Aunque hay restaurantes que adaptan su servicio de comida a los horarios de los turistas, la mayoría de bares abren la cocina en el horario habitual.
La siesta
Esto está muy relacionado con los horarios. La siesta española ha sido adoptada en muchos lugares y es una costumbre aplaudida por muchos. Sin embargo, las consecuencias en los horarios no gustan tanto. Los visitantes no se toman muy bien que algunos establecimientos o servicios cierren al mediodía. Esta interrupción laboral más larga que en otros países se convierte en un inconveniente para los planes de los turistas.
El ritmo del servicio en la hostelería
Para los turistas el ritmo del servicio en la hostelería en España es un poco lento, sobre todo para los que vienen de países con una arraigada cultura del ‘fast food’. Los clientes españoles valoran mucho la profesionalidad del servicio y disfrutan de los planes gastronómicos fuera de casa. No se desesperan tanto con los tiempos porque priorizan la calidad de la comida. Algo de lo que seguro no se quejan cuando viajan a nuestro país.
Comportamiento cariñoso y efusivo
Una de las costumbres que más chocan cuando pisan España es la de saludar siempre con besos, aunque sean desconocidos. Una práctica inconsciente que está marcada por la personalidad cariñosa y cercana de los españoles. Este contacto físico es rechazado por muchos de los turistas que te quitarán la cara si ven que te acercas.
Seguro que si has conocido a alguien de fuera te habrá comentado que hablamos muy alto. El tono de voz unido a la expresividad y espontaneidad propia de los españoles a muchos sorprenderá e incluso molestará.
Impuntualidad
Aunque la impuntualidad es un gesto de mala educación en cualquier parte del mundo, es cierto que en España no se toma tan en serio. Está muy normalizado presentarse a las quedadas un poco tarde. Aunque no hay que generalizar, los extranjeros destacan que los españoles suelen llegar tarde a las citas.
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