#Opinión | Colombia: Reforma a la Salud o Frankestein Legislativo?- Por Deyson Padrón

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¿Por qué se quiere cambiar, a toda costa el actual sistema de Salud mixto?

female doctor in a medical mask holds a stethoscope on a light background. Added flag of Colombia. Concept medicine, level of medicine, virus, epidemic.

Cómo dije hace un mes atrás: la Reforma a la Salud sería «aprobada» en la Cámara por los mismos vicios dinosauricos de la política tradicional colombiana, esa misma de la que tanto reniegan los del actual gobierno.

El Proyecto Legislativo de Reforma a la salud, presenta vicios insubsanables de forma y de fondo, pudiendo ser el más grave de todos, que fue presentado como proyecto de Ley Ordinaria en vez de Estatutaria, puesto que la misma toca derechos fundamentales. Y sí, es Estatutaria, puesto que, aunque el gobierno dice que no toca el núcleo central del derecho a la salud; pretende eliminar el sistema actual, cambiarlo por completo, estatizarlo, dicho de otra forma «centralizar el manejo de los recursos» que garantizan ese derecho fundamental y los contiguos a él. Otro de los graves problemas de la propuesta del Proyecto Legislativo, es que, al estatizar la salud y cambiar el sistema, no garantiza mayor cobertura ni calidad en la prestación, sino que, al desarticular la atención primaria de la secundaria, lo convierte en un sistema regresivo, y la Constitución, por bloque de constitucionalidad, establece que todas las leyes deben respetar el principio de progresividad, esto es, que no puede garantizar menos derechos en los que ya se había conseguido o consagrado.

En la actualidad, la gestión de los recursos financieros en el ámbito de la salud recae en manos de entidades privadas, las cuales operan como empresas. Es importante destacar que estas empresas están sometidas a una estricta vigilancia, regulación y supervisión por parte del Estado/Gobierno, tal como es su responsabilidad. Aquellos que trabajan en el área de auditoría del sector médico pueden confirmar la constante y detallada evaluación a la que se someten estas entidades diariamente. En casos extremos, si presentan resultados insatisfactorios, se enfrentan al cierre y la liquidación, tal como ha ocurrido con varias EPs durante los últimos años, pero que nunca se ha visto comprometido la totalidad del sistema por uno u otro caso particular de malos manejos. En resumen, existe un riguroso control gubernamental que garantiza la calidad y la transparencia en la gestión financiera de la salud por parte de las entidades privadas.

En cambio, El Estado no se puede cerrar, tampoco se puede liquidar como ocurre con una empresa, aún con todo lo malo que sea, por más dinero que pudieran robarse de las arcas públicas, por más corrupción que exista como el antiguo Instituto Colombiano de Seguros Sociales (ICSS); el Estado no quiebra, seguirá existiendo aunque se convierta en un elefante blanco. Lo que nos lleva a otra enorme preocupación: en el proyecto de Ley presentado no se garantiza el sostenimiento presupuestal, de hecho, cómo vimos en días atrás el propio Ministro de Salud (impulsor del mismo) no pudo explicar el andamiaje presupuestal de éste, y algunos analistas han expresado que se tratase, económicamente hablando, de dos reformas tributarias juntas, cosa que como bien sabemos, es insostenible e inoperante.

Políticamente hablando, resulta ahora muy llamativo, lo que hacen algunos partidos de la «oposición política»: los Conservadores están conservando pero la mermelada para aprobar un adefesio jurídico que transgrede abiertamente la Constitución del 91″. Liberales y de la U no quieren quedar por fuera del jugoso manejo de los recursos de la salud en las regiones. Curiosamente, quienes están haciendo verdadera oposición al proyecto de Ley, son algunos Verdes (por eso ahora les llaman traidores) puesto que han estudio de forma y de fondo los vicios del Frankestein Legislativo Salud. Así también el Centro Democrático y Cambio Radical por cimientos ideológicos y estudio jurídico del Proyecto.
En el mismo escenario político, algunos rumores dan cuenta, que se le ha pedido a Roy Barreras regresar de suelo monárquico para asumir las riendas del Ministerio del Interior y poder sacar adelante tanto la propuesta de reforma a la Salud como otras de la agenda del gobierno nacional; movimiento audaz, conociendo los talentos políticos del ahora Embajador ante la Corona británica.

Y, pese a no tener un escenario fácil en el Senado por el número de aliados y los tiempos legislativos, bien sabemos que la política es dinámica o enmermelada… Al final del ejercicio legislativo y, de ser también aprobada en éste último, tendrá que ser conciliado todo el texto entre Cámara y Senado dónde esperemos que resulten ajustes necesarios y pertinentes. Y, como último filtro, será la Honorable Corte Constitucional quién decantará todo este ensayo que esperamos no se convierta en grave error; eliminando parte del articulando, dejando en firme otros o simplemente declarándola inconstitucional por los vicios que presenta desde su nacimiento.

Hace unos días escuchaba a una doctora experta en política pública de salud decir que: “ésta propuesta de reforma no busca sacar adelante las mejoras sobre las variables sociales determinantes de la salud, no hace una apuesta que saque adelante en hombros la agenda reformista del presidente Petro, la apuesta que se hace, es una apuesta muy agresiva que compromete todo el capital político del movimiento de gobierno actual con dos objetivos: 1. Estatizar por completo el manejo de los recursos de la salud, desconcentrando al ARES, fragmentándolo y entregárselo a entidades que no tienen esas capacidades y aumentando la carga de funcionamiento del Estado, el cual es mover un enorme elefante, complicando la cosa. 2. Marchitar por completo las EPs.”

Así las cosas, pareciera más una intención de crear mecanismos de control político en las regiones, desde el ámbito de la salud, para garantizar el sostenimiento electoral a futuro, que brindar los ajustes y avances que verdaderamente requiere el sistema de salud actual y darle las condiciones idóneas que necesitan los colombianos respecto al tema.

Y antes que vayan a comenzar los ataques por parte del gobierno respecto a esto, o a recibir publicaciones con cifras acomodadas para justificar la propuesta; lo que si es cierto y, es algo en lo que todos estamos coincidimos, es que sí se necesita una reforma al sistema de salud; una que construya sobre lo construido, una que permita mejorar, pulir aún más lo que ya tenemos, pero no una que resulte en «fue peor el remedio que la enfermedad». Una que permita mejorar los tiempos de respuesta de atención, una que amplíe el espectro de atención con diversidad de enfoque desde las regiones – siendo ésta de las varibles rescatables de la actual propuesta por parte del Gobierno. Y es qué, siendo sinceros el sistema de salud colombiano actual, producto de la Ley Estatutaria 100/93 no es el monstruo neoliberal que se pretende dibujar, por el contrario, desde la promulgación de la Ley 100, ha sufrido varias reformas y mejoras producto de esas luchas sociales y técnicas necesarias para ir ajustando el sistema y que el resultado sea, justamente ese que atienda las necesidades del colombiano de a pie y le permita un efectivo y eficiente acceso a la salud.

Pero, sabe realmente el colombiano de a pie, lo que implicará la destrucción del sistema actual, con todas y las mejoras que requiere sin que exista realmente otro sistema completo para sustituirlo? Que sirva esto como un llamado a la razón, a la cordura por parte del gobierno nacional a escuchar, a bajar los muros de Palacio y atender todas y cada una de las voces de expertos alrededor de un tema tan neurálgico para la cotidianidad de la vida de los colombianos. Es el momento y, quizás la oportunidad histórica para un gran consenso nacional frente a la salud, que nazca desde la prevención y no sobre la destrucción que bien pudiera desencadenar la crónica de un desastre anunciado sobre el sistema de salud nacional.

Deyson Padron
Escritor invitado al TFP
Politólogo
Internacionalista
Magíster en Alta Gerencia Internacional
Magíster en Negocios Internacionales y Relaciones Públicas
Asesor y Consultor Político – Empresarial
Empresario
Columnista de Opinión
Redes sociales: @deysonPadron

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