A ocho meses después de la mayor masacre de judíos desde el Holocausto, se aceleran los contactos diplomáticos internacionales en pos de la creación de un estado palestino e imponer este dictado a Israel.
Es el “premio” con el cual desde la ONU, EU y otros cráneos occidentales buscan condicionar políticamente a Jerusalén en pleno operativo militar en #Gaza cuyo principal objetivo es garantizar la seguridad de su región sur y que jamás se repita una matanza como la de octubre.
La prensa mainstream israelí también es parte del problema y no está exenta de los males del oficio tan característicos de nuestros tiempos. Aquí aparece el principal problema que niegan debatir y vale la pena volcarlo en estas líneas:
¿Un estado palestino contribuiría a la pacificación de Medio Oriente o por el contrario profundizaría la crisis? Pues vuestro humilde servidor sostiene la opción “b”.
En 2005, cuando Israel se retiró unilateralmente de la Franja, esta fue posteriormente controlada por la “Resistencia Islámica”, es decir por #Hamas y sus semejantes de la Yihad Islámica #Palestina, entre otros.
Más tarde, los emisarios iraníes hicieron de la suya y convirtieron a #Gaza en un foco de terrorismo similar a su prototipo del norte: “El Partido de D’s”, mejor conocido como Hezbollah.
El fracaso de Oslo será tratado en otro texto, pero vale recordar tan solo como ejemplo y quien lo -literalmente- explotó.
El slogan de “un estado palestino” es tirado al aire como una solución mágica sin entrar en detalles de lo que esto significa. Lo tiran, lo discuten y se van, total quien tiene que vivir con el vecino es Israel.
Tal vez, es tiempo de entender que quienes no quieren un estado palestino, son los propios palestinos y tras dos Intifadas y una masacre sin precedentes, vale al menos preguntarse abiertamente:
¿Resulta tan malo y contraproducente oponerse a ello?
Pregúntese y analice: ¿qué bondades le trajo al mundo y a los principales actores la creación de la ANP? ¿está mejor la región o peor? ¿hay más muertos o menos? ¿Y dónde está el movimiento de paz palestino marchando por las capitales del mundo reclamando el fin de #Hamas?
Cero. Más bien, aumentan los llamados a una Yihad Global e Intifada popular, auspiciada por las propias universidades de oocidente.
¿O ya olivdamos a los rectores de las Ivy League negando el antisemitismo en sus campus durante una comisión en el congreso estadounidense?
Israel deja mucho que desear tanto en su gobierno como en el plano militar: la cantidad de fallas sistémicas son universales y van desde la política hasta las FDI, atrofiadas hace años por un paradigma dominante.
De esto hablaremos la próxima semana y esperamos que hasta entonces, regresen los 128 secuestrados a casa.
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