Al cumplirse 09 días de protestas y caos en las calles tras el asesinato de 03 niñas a manos de un joven musulmán, Reino Unido se mantiene en estado de emergencia ante incremento de los disturbios violentos.
Las manifestaciones que comenzaron en
Hull, Liverpool, Bristol, Manchester, Stoke-on-Trent, Blackpool y Belfast, fueron detonadas por el trágico asesinato de tres niñas (6, 7 y 9 años) y diez niños heridos, en un apuñalamiento a manos de un joven musulmán de 17 años procedente de Ruanda, un suceso que tuvo lugar la semana pasada en Southport, en el oeste del país.
Los manifestantes, que protestan contra la migración ilegal, el predominio del islam en el país y el asesinato de las tres niñas a manos del inmigrante, han hecho saber que protestan por la incapacidad del gobierno y de la policía para abordar el crimen de las tres niñas.
Los manifestantes compuestos principalmente por grupos de ciudadanos ingleses e irlandeses junto a sectores contrarios a la inmigración ilegal, han tomado las calles con gritos como “Inglaterra hasta que muera” y “queremos que nos devuelvan nuestro país”.
Sin embargo, en algunos medios de comunicación se les ha etiquetado por pertenecer a grupos de “extrema derecha”.
La situación ha escalado rápidamente, cuando grupos de musulmanes abiertamente identificados o en ocasiones encapuchados, han agredido a personas que se encontraban en las protestas o han mostrado sus cuchillos y otras armas blancas en defensa del islam al grito de “Allahu Akbar”.
Estos enfrentamientos han intensificado aún más la tensión entre diferentes sectores de la sociedad británica, que muestra una peligrosa latencia del conflicto religioso aparte del migratorio.
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