Crisis migratoria haitiana: drama de un pueblo sin refugio

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El éxodo haitiano crece por la crisis económica y política, llevando a miles de a migrar a América Latina y EE. UU. La República Dominicana responde con deportaciones masivas y un muro fronterizo.

Haití, con una población estimada de 11,4 millones de personas, vive una de las crisis más profundas de su historia reciente. El país caribeño enfrenta, desde hace más de una década, una convergencia de problemas estructurales: pobreza extrema, violencia de pandillas, inestabilidad política y una economía en colapso. Estos factores han generado una situación desesperada para millones de haitianos, quienes han comenzado a buscar masivamente refugio en otros países desde el devastador terremoto de 2010.

El éxodo haitiano se aceleró en los últimos años, con cientos de miles de personas huyendo no solo hacia Estados Unidos, sino también a otros países de América Latina, como Brasil, Chile y México, en busca de mejores oportunidades.

Más de 700.000 personas, la mitad de ellas menores, se encuentran actualmente desplazadas internamente en Haití, de acuerdo con un nuevo informe publicado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). 

Según los cálculos de la OIM, hasta 2020, más de 1,7 millones de haitianos vivían en el extranjero, lo que supone un 15,65 por ciento de la población de Haití.

Los casi 731.000 inmigrantes haitianos que vivían en Estados Unidos en 2022 -el año más reciente para el que se dispone de datos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) de la Oficina del Censo- representaban el 16 por ciento de los 4,6 millones de inmigrantes caribeños.

La respuesta de Republica Dominicana

República Dominicana, país con el que Haití comparte la isla que ambos países habitan y una frontera de 391 kilómetros, ha sido el principal receptor de inmigrantes haitianos durante décadas. Según datos del Banco Mundial, se estima que hay entre 500,000 a un millón de migrantes haitianos en el país vecino, muchos de ellos en situación irregular. Esta cifra incluye migrantes recientes y descendientes de haitianos, algunos de los cuales enfrentan dificultades para regularizar su estatus migratorio.

Desde 2021, las autoridades han incrementado las deportaciones, alcanzando un pico de más de 175,000 deportaciones de haitianos en el último año. Estas medidas han generado críticas tanto dentro como fuera del país, especialmente tras reportes de violaciones a los derechos humanos, con denuncias de deportaciones de personas nacidas en República Dominicana o que tenían documentación migratoria en regla.

Recientemente, el presidente dominicano, Luis Abinader, anunció que continuaría la construcción de un muro en la frontera con Haití, como parte de una estrategia para controlar la inmigración ilegal. La construcción de la barrera, que se prevé que cubrirá unos 164 kilómetros de los 391 kilómetros de frontera, comenzó en 2022 y es una de las medidas más controvertidas implementadas hasta ahora. Aunque las autoridades dominicanas argumentan que el muro mejorará la seguridad y reducirá el tráfico ilícito, organizaciones internacionales advierten que podría empeorar la situación humanitaria de los migrantes haitianos.

Retos sociales y humanitarios para América Latina

América Latina se ha convertido en un refugio clave para miles de haitianos. Países como Brasil y Chile recibieron a un gran número de migrantes haitianos tras el terremoto de 2010, ofreciendo oportunidades de trabajo en sus sectores de construcción y servicios.

Según datos de la OIM, en Chile, la población haitiana ha pasado de 1.649 personas en 2014 (un 0,4 por ciento del total de la población extranjera) a casi 183.000 en diciembre de 2020 (un 12,5 por ciento del total de la población extranjera del país). Actualmente, la población haitiana se sitúa como la tercera nacionalidad de migrantes en Chile, sólo por detrás de venezolanos y peruanos.

En Brasil, los nacionales de Haití aumentaron exponencialmente su participación en el mercado laboral formal, pasando de 815 personas en 2011 a más de 30.000 en 2015, con un crecimiento impulsado también por la demanda de mano de obra destinada a trabajos de infraestructura para la Copa Mundial de Fútbol de 2014. Sin embargo, esta cifra bajó a 15.679 personas en 2019.

La situación en estos países también ha cambiado, con economías afectadas por la pandemia de COVID-19 y un creciente rechazo social hacia los inmigrantes. En Brasil, muchos haitianos enfrentan discriminación y condiciones laborales precarias, lo que ha empujado a no pocos a seguir su camino hacia México o Estados Unidos.

Desafío humanitario sin precedentes

Las perspectivas para los migrantes haitianos siguen siendo sombrías. Con un país sumido en el caos y una comunidad internacional que, aunque preocupada, ha mostrado una capacidad limitada para intervenir, las opciones de los haitianos son cada vez más limitadas.

El muro fronterizo entre Haití y República Dominicana, lejos de ser una solución definitiva, podría convertirse en un símbolo de la incapacidad regional para abordar las causas fundamentales de la crisis haitiana.

Créditos de la nota: DW NOTICIAS

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