La reciente aparición del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en una publicación del fin de semana en la red social X (antes twitter) leyendo el polémico libro «Come…» ha desatado una ola de indignación en las redes sociales.
La controversia se intensificó cuando, en su mesa, se pudo ver otro libro titulado «Si no fueras tan niña», que aborda de manera expresa y alarmante el abuso sexual a menores, narrando la historia de una niña de 14 años que sufre un romance con un hombre mayor que culmina en violación y abuso durante años.
La elección de estos libros por parte de Kicillof en la mesa de lectura para su publicación no solo ha sido interpretada como una trivialización del grave tema del abuso sexual, sino también como un desafío directo al electorado, que ha manifestado su contundente rechazo a la normalización de tales conductas.
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La imagen se ha vuelto viral, generando un fuerte rechazo entre los ciudadanos que consideran que el gobernador no está sintonizando en absoluto con las preocupaciones y demandas de la sociedad.
Las redes sociales se han inundado de críticas hacia Kicillof, con usuarios expresando su descontento ante lo que consideran una falta de sensibilidad y respeto hacia las víctimas de abuso y sobre todo abuso infantil.
Muchos han señalado que este tipo de actitudes contribuyen a la cultura de la impunidad y minimizan el sufrimiento de quienes han padecido situaciones similares.
La controversia también ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de los líderes políticos en la promoción de una cultura que respete y proteja a los más vulnerables, especialmente niños y adolescentes.
La elección de lecturas y libros por el gobernador, que abordan temas tan delicados en un contexto público ha sido vista como una falta de empatía y comprensión hacia las realidades que enfrentan muchas personas en la provincia.
La situación plantea un interrogante sobre el futuro político de Kicillof y su capacidad para conectar con un electorado que demanda cambios significativos en la forma en que se abordan temas de violencia y abuso infantil.
La indignación generalizada podría tener repercusiones en su apoyo político, especialmente entre aquellos que buscan un liderazgo comprometido con la protección de los derechos humanos, especialmente de los derechos de la niñez.
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