En el cruce de Kerem Shalom, aproximadamente 800 camiones cargados de ayuda humanitaria están esperando ser recogidos en el lado de Gaza.
Aunque la entrada de ayuda a la región no tiene límites en cantidad e Israel ha facilitado su paso, su distribución efectiva depende exclusivamente de las organizaciones internacionales, principalmente las vinculadas a la ONU.
Esta situación resalta una paradoja: mientras las organizaciones de ayuda señalan continuamente a Israel, acusándolo de ‘bloquear el acceso humanitario’, el verdadero problema parece radicar en la incapacidad de estas mismas entidades para recoger y distribuir los suministros.
Otras organizaciones independientes han demostrado ser capaces de operar de manera más eficiente en condiciones similares.
Para muchos analistas, esto pone en duda no solo las prioridades, sino también la voluntad y las capacidades logísticas de la ONU para actuar de manera eficiente en el terreno, mientras cumple agenda antisemita y anti / Israel.
La ayuda está disponible, pero la falta de una respuesta efectiva de la ONU para gestionar y agilizar su distribución ha generado un cuello de botella que afecta directamente a las comunidades que lo esperan en Gaza después que el grupo terrorista jamás metiera a la comunidad en una guerra mayor. Después de las actividades del 7 de octubre, cabe destacar que el grupo terrorista tomó el control del país desde el año 2006.
Este panorama subraya la necesidad de que las organizaciones internacionales dejen de utilizar a Israel como chivo expiatorio y se enfoquen en cumplir con sus responsabilidades en el terreno.
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