La historia parece salida de un guion cinematográfico de espionaje, pero ocurrió en la vida real. Un agente federal estadounidense, identificado como Edwin López, protagonizó uno de los intentos más arriesgados y secretos de los últimos años para debilitar al régimen de Nicolás Maduro, el hombre que ha hundido a Venezuela en la ruina política, moral y económica.

El objetivo era claro: reclutar al piloto personal del dictador venezolano y convencerlo de que desviara discretamente el avión presidencial hacia una ubicación donde las autoridades norteamericanas pudieran capturar al líder chavista.
A cambio, López le ofreció al aviador lo que ningún funcionario del régimen puede resistir: una vida de libertad y riqueza lejos de la maquinaria represiva de Miraflores.
Un plan de alto riesgo
La reunión se llevó a cabo en secreto, en un hangar de aeropuerto, bajo medidas extremas de seguridad. Según fuentes cercanas a la investigación, el piloto escuchó atentamente la propuesta, aunque no se comprometió de inmediato. Sin embargo, dejó una puerta abierta: proporcionó su número de teléfono al agente, una señal inequívoca de que podría estar dispuesto a colaborar.
Durante los 16 meses siguientes, López mantuvo comunicación con el piloto a través de una aplicación encriptada, incluso después de dejar su cargo en el gobierno en julio. Era una guerra de nervios, una danza silenciosa entre la lealtad y la traición.
El operativo, digno de una novela de la Guerra Fría, combinaba diplomacia encubierta, aviones privados de lujo, y la delicada persuasión de un hombre con acceso directo al círculo íntimo de Maduro. En los últimos compases del plan, incluso hubo una estrategia para sembrar dudas dentro del propio entorno presidencial, buscando que el dictador empezara a desconfiar de sus más cercanos colaboradores.
Estados Unidos, decidido a poner fin al chavismo
Más allá de lo novelesco, el caso pone en evidencia la determinación del gobierno estadounidense de desmontar, por cualquier vía, la estructura criminal del chavismo. Washington responsabiliza a Maduro de haber destruido la democracia venezolana y de ofrecer refugio a narcotraficantes, terroristas y aliados de la Cuba comunista.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha intensificado la presión. Su administración ha desplegado miles de tropas, helicópteros y buques de guerra en el Caribe con el objetivo de interceptar operaciones de narcotráfico controladas por el régimen venezolano.
Según reportes militares, en los últimos meses se han realizado al menos 10 operativos, tanto en el Caribe como en el Pacífico oriental, resultando en la neutralización de 43 individuos vinculados a redes del narcotráfico protegidas por el chavismo.
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